Muy buen unipersonal de María
Eugenia Seijó en el Espacio EL VITRAL
UN
CLÁSICO SIMEPRE VIGENTE EN VERSIÓN RENOVADA
Martha
CORA ELISEHT
Una
característica de los clásicos es que, además de no pasar nunca de moda,
también se pueden adaptar u ofrecer en versión libre. ¿Por qué no emplear ALICIA
EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS de Lewis Carroll en una versión para ballet?...
Así lo entendió la compañía SURDANZA, que ofreció un espectáculo el pasado
viernes 14 del corriente en el Espacio EL VITRAL sobre este clásico de la
literatura universal en versión de danza flamenca denominado “ALICIA A
CONTRATIEMPO” a cargo de María Eugenia Seijó como coreógrafa y
protagonista.
La
producción contó con la siguiente ficha técnica: iluminación de Matías Cortés, vestuario
de Silvina Sánchez, escenografía a cargo de SURDANZA, participación de Milagros
Seijó (voz en off) y dirección de Luciana Prato.
Esta
versión engarza fragmentos de textos del escritor estadounidense con citas de
personajes femeninos de la literatura española (“La Pastora Marcela” de DON
QUIJOTE DE LA MANCHA, de Miguel de Cervantes; “Doña Inés “de DON
JUAN TENORIO, de José Zorrilla; “Mariana Pineda” de Federico García
Lorca sobre la obra del mismo nombre y Lola (“LA LOLA SE VA A LOS PUERTOS”),
de Antonio y Manuel Machado) que, a su vez, alternan con diferentes melodías, donde se representa a
Alicia como aquella adolescente que, en su búsqueda sobre el sentido de
las cosas, descubre un nuevo mundo: el de la danza española y,
fundamentalmente, la danza flamenca. Para ello, se utilizan elementos
característicos (castañuelas, abanico, mantón de Manila) que combinan con los
que aparecen en la obra original de Carroll (juego de té y camino, señalado por
un enorme rollo de papel sobre el cual, la protagonista baila). El resultado es
un unipersonal sumamente interesante, donde la protagonista expresa sus
sentimientos mediante una coreografía basada en danza flamenca. María Eugenia
Seijó demostró ser una brillante bailarina y coreógrafa, que aprovechó el
reducido escenario en toda su dimensión para lucir su plasticidad y su gracia
como si hubiese estado sobre un
auténtico tablao flamenco. La coordinación de movimientos fue perfecta
al utilizar no sólo los elementos anteriormente mencionados, sino, además, un
libro, que iba leyendo a medida que iba bailando.
Pese
a ser una sala de reducidas dimensiones, estaba repleta de público, que
aplaudió entusiasmado el esfuerzo de la protagonista y el grupo de trabajo.
Otra opción más de las tantas que ofrece Buenos Aires en materia de
espectáculos y, en este caso, de las compañías independientes de danza.
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