lunes, 7 de agosto de 2023

 Extraordinario concierto de la Sinfónica Juvenil San Martín en la Facultad de Derecho


LA FUERZA Y EL ÍMPETU DE LA JUVENTUD LO PUEDEN


TODO


Martha CORA ELISEHT


El Ciclo de Grandes Conciertos organizado por la Facultad de Derecho de la

Universidad de Buenos Aires reúne lo más granado de los intérpretes locales y brinda la

oportunidad a numerosos organismos sinfónicos de excelente nivel de poder presentarse

en un ámbito prestigioso. Unido esto al hecho de ser absolutamente gratuito -a cambio

de un alimento no perecedero, que se dona a instituciones de bien público-, se reúne una

importante convocatoria de público que asiste los sábados por la tarde para escuchar un

espectáculo de buena calidad. Y se ha transformado en la casa de la Orquesta Sinfónica

Juvenil “Libertador Gral. San Martín”, que se presenta en el Aula Magna de dicha casa

de altos estudios los primeros sábados del mes. Esta vez, la agrupación creada y

conducida por el maestro Mario Benzecry ofreció un concierto el pasado sábado 5 del

corriente bajo la dirección de Pablo Boggiano, con la participación del pianista Gastón

Frydman y la soprano Ayako Tanaka para ofrecer el siguiente programa:

- Concierto en La menor para piano y orquesta, Op.54- Robert SCHUMANN

(1810-1856)

- Concierto para soprano de coloratura y orquesta, Op.82- Reinhold GLIÈRE

(1875-1956)

- Suite del ballet “PETROUSHKA” (revisión de 1947)- Igor STRAVINSKY

(1882-1971)

Pablo Boggiano no sólo es uno de los mejores directores argentinos del presente,

sino, además, un prestigioso intérprete. Ha actuado con las principales orquestas

sinfónicas del país y del exterior; principalmente, en Europa, donde se halla radicado y

ejerce actualmente su profesión. Alumno de Mario Benzecry, recibió ayer el diploma de

Personalidad destacada de la Cultura otorgado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos

Aires previamente al inicio del concierto. Se lo notó muy emocionado ante semejante

galardón y aprovechó la oportunidad para dedicárselo a su maestro.

Acto seguido, se procedió a la tradicional afinación de instrumentos, donde se pudo

apreciar de antemano una orquesta muy bien afinada y afiatada previamente al ingreso

de Gastón Frydman para ejecutar el celebérrimo concierto de Schumann. Es uno de los

pianistas más jóvenes y talentosos de nuestro país y lo demostró brindando una soberbia

y estupenda versión del concierto romántico por antonomasia desde los primeros

compases del Allegro affettuoso inicial en La menor, siguiendo con una versión

exquisita y refinada del Intermezzo- Andantino grazioso para desembocar en el vibrante

Allegro vivace final, donde no sólo hizo gala de su maestría, sino que lo tocó con pasión

-pese a que el piano no era el mejor para un solista de tal jerarquía-. La orquesta supo

acompañarlo logrando un perfecto diálogo y se desató una ovación de aplausos y vítores

al final de la interpretación. Frydman se mostró sumamente agradecido y ofreció un bis


muy poco habitual: Danza de la moza donosa de Alberto Ginastera, que sonó de manera

sutil, precisa y sumamente refinada, con ese toque folklórico característico del

compositor. Una delicia para los oídos del público y otra ovación de aplausos para el

joven intérprete.

A continuación, Boggiano acudió al escenario en compañía de Ayako Tanaka para

interpretar una obra desconocida hasta entonces por el público local: el Concierto para

soprano de coloratura y orquesta en Fa menor de Reinhold Glière, compuesto en 1943

y que consta de dos movimientos: Andante/ Allegro, donde la solista sólo vocaliza las

letras A y O y que permiten el total lucimiento de la soprano mediante pasajes donde -

por momentos- debe emular el sonido de la flauta y ascender 3 escalas más alto. Era una

 vez mas que Ayako Tanaka se presentaba en Buenos Aires y  no pudo haber

sido mejor: deslumbró al público con su línea de canto, los matices de su voz en la

coloratura y su impecable técnica. Por su parte, Pablo Boggiano dirigió la orquesta de

forma magistral, logrando un sonido puro merced a su impecable marcación y

contagiando su ímpetu a los jóvenes músicos. Ella sobresalió en el sobreagudo final e

hizo que el Aula Magna estallara en aplausos y vítores.

Para la segunda parte del concierto, la Sinfónica Juvenil se presentó con su orgánico

completo para ejecutar una obra sumamente compleja y escasamente representada en

los programas de conciertos: la suite del ballet PETROUSHKA de Stravinsky,

compuesto originalmente en 1911 para Les Ballets Russes por encargo de Sergei

Diaghilev tras el éxito de sus dos ballets anteriores en París (EL PÁJARO DE FUEGO y

LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA). Petroushka es una marioneta de paja y

trapo, pero posteriormente, cobra vida y trata de ganar el amor de la bailarina, quien, a

su vez, está enamorada del Moro. Ambos se transforman en rivales y se traban en lucha

hasta que el Moro lo mata con su cimitarra. Es Carnaval y todos creen que es sólo un

muñeco roto, pero se aparece el fantasma de Petroushka, lo que aterroriza al titiritero

(Charlatán). El protagonista posee un acorde característico a modo de leitmotiv (Do

mayor y Fa sostenido mayor, tocados simultáneamente). Posteriormente, Stravinsky

realiza una revisión de la obra en 1947 para una orquesta más reducida – que lleva

piano, celesta, arpa, címbalos y abundante percusión, dos trompetas (dos en Si bemol y

la otra, en Do), 3 flautas (una, piccolo), 2 oboes, corno inglés, 3 clarinetes en Si bemol,

2 fagots, contrafagot, 4 cornos en Fa, 3 trombones, tuba y cuerdas-, donde todos y cada

uno de los solistas de los diferentes grupos de instrumentos puede lucirse a pleno.

Merced a la enjundia puesta por parte de los músicos y a la garra y precisión de Pablo

Boggiano, fue una versión excepcional. Hacía mucho que esta joya sinfónica no se

representaba en los programas de conciertos -prácticamente, desde la década del ’80-,

así como tampoco dentro del repertorio del ballet. La única vez que una lo pudo apreciar

sobre el escenario del Colón fue en 1979 con la participación del Ballet del Siglo XX

dirigido por Maurice Béjart, con Jorge Donn en el rol protagónico antes de que se

hiciera mundialmente famoso por su participación en el film LOS UNOS Y LOS

OTROS, de Claude Lelouch. La gente los aplaudió rabiosamente al final y fueron

muchos los que se acercaron a la trastienda para saludar al director y a los músicos.

La labor llevada a cabo por la Orquesta Sinfónica Juvenil “Libertador Gral. San

Martín” de la mano de Benzecry es soberbia y se encuentra formando parte de los

organismos sinfónicos más importantes no sólo del país, sino también del continente. Se


encuentra a la altura de su hermana “Simón Bolívar” de Venezuela y bien merecería un

espacio en las salas de conciertos más importantes de la Argentina. La fuerza y el

ímpetu juvenil lo pueden todo y lo han demostrado con creces en todas y cada una de

sus presentaciones.

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