domingo, 27 de agosto de 2023

 Estupenda labor del Trío MERIDIEN en la Fundación Beethoven


SUENAN MUCHO MÁS QUE TRES


Martha CORA ELISEHT


Ganador del premio de la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina en la

categoría como mejor conjunto de cámara, el Trío MERIDIEN sigue sumando logros y

demostrando su nivel en los principales escenarios del país. La agrupación formada por

Eduviges Piccone (piano), Pablo Labanda (violín) y Siro Bellisomi (violoncello) se

presentó en el auditorio de la Fundación Beethoven el pasado jueves 24 del corriente

con el siguiente programa:

- Trío en Do menor Op.1, n°3- Ludwig van BEETHOVEN (1770-1827)

- Trío n°2 en Do mayor, op.87- Johannes BRAHMS (1833-1897)


La primera de las obras fue compuesta por Beethoven en 1794 y está dedicada no

sólo a su maestro Joseph Haydn, sino también al príncipe Carl von Lichnovsky, en cuya

residencia se estrenó en Viena entre 1794 a 1795, con la participación del propio

compositor en su ejecución. Consta de 4 movimientos (Allegro con brío/ Andante

cantábile con variazioni/ Minuetto: quasi allegro/ Finale: Prestissimo), que, a

diferencia de los otros dos incluidos en la misma serie, posee una vehemencia explosiva

y una belleza lírica oscura, además de ser el único que no reemplaza al minuetto por un

scherzo. Posteriormente, Beethoven revisa la obra y la transforma en su Quinteto para

cuerdas, Op.104. Escrito en forma sonata, el Allegro con brio inicial está escrito en Do

menor en ¾ con apertura al unísono y, posteriormente, el piano ejecuta una serie de

cadencias, escalas y arpegios hasta que el cello y el violín toman la melodía, de carácter

lirico y que marca el estilo característico del compositor: intenso, heroico y tormentoso,

lo que permitió el lucimiento de los intérpretes -sobre todo, de Siro Bellisomi hacia el

final, donde el cello toma la iniciativa-. El 2° movimiento (Andante cantábile con

variazioni) está escrito en Mi bemol mayor en 2/4 que permite el lucimiento de los

solistas en las variaciones -sobre todo, el cello y el violín-, mientras que el 3° vuelve a

la tonalidad original en ¾, con un perfecto fraseo por parte de las cuerdas y los

contrastes explosivos característicos del compositor. Por último, el Prestissimo en 2/2

toma la melodía inicial, donde el piano ejecuta una serie de acordes cuya melodía es

muy similar a la sonata Waldstein, donde Beethoven yuxtapone violencia y agitación

con un tema lírico y tierno. Una extensa coda en pianissimo permite el lucimiento de los

tres instrumentos para desembocar en una resolución mínima, que fue perfectamente

ejecutada por los integrantes del MERIDIEN y que le valiera numerosos aplausos.

Seguidamente, el trío presentó una obra sumamente compleja: el Trío n°2 en Do

mayor, op.87 de Brahms, que fuera compuesto entre 1880 y 1882 y que contó con la

aprobación de Clara Schumann y Theodor Billroth -este último, médico personal y

confidente del compositor- y estrenado en 1882 junto con su Quinteto para piano y

cuerdas. Al igual que su homónimo de Beethoven, también consta de 4 movimientos:


Allegro moderato/ Andante con moto/ Scherzo/ Allegro giocoso y resume a la perfección

las características del compositor hamburgués: solemne, romántico y marcial. El 1°

movimiento está escrito en forma sonata en ¾ que, posteriormente, pasa a 2/3 y es

notable por la gran cantidad de material de desarrollo existente en la exposición, donde

las cuerdas tocan al unísono en contrapunto con el piano. El Andante con moto en La

menor en 2/4 conta de un tema sobre el cual se desarrollan 5 variaciones, donde las

impares se basan en la melodía inicial, y las pares, en las figuras de acompañamiento

del piano, con reminiscencias de temas típicos húngaros, con numerosas síncopas y gran

desempeño del violín. El scherzo en Do menor (en 6/8) tiene dos secciones: una más

rítmicamente compleja, y la otra, más lírica y melódica, donde el piano acompaña

principalmente a las cuerdas. El movimiento final está escrito en 4/4 y posee una

estructura mucho más densa en comparación con los movimientos anteriores, donde

aparece la melodía inicial del 1° movimiento y se desarrolla con temas contrastantes

para culminar en una coda prolongada, donde la energía se intensifica hacia el final. La

interpretación fue exquisita, sumamente precisa, pero por sobre todas las cosas, muy

digna de un compositor romántico por antonomasia. Por lo tanto y, pese al escaso

público que se dio cita esa noche, su labor se vio coronada por un cálido y sostenido

aplauso.

Desde ya, no hubo bises, pero tampoco hicieron falta. El repertorio estuvo formado

por dos obras de gran intensidad rítmica, sonora y romántica, que fueron abordadas de

manera sublime por la excelencia de sus intérpretes. En este caso y, parafraseando la

reconocida canción de Nacha Guevara, suena como si fueran mucho más que tres.

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