SIN RESIGNAR CALIDAD
Teatro
Colón, temporada 2023, Onceavo concierto de abono a cargo de la Orquesta
Filarmónica de Buenos Aires, Director: Paolo Bortolameolli. Solista: Alessio
Bax (Piano). Programa: Obras de Lambertini, Saint-Saëns y Ginastera. 19 de Agosto
de 2023 (realizado en cooperación con el ciclo “Divina Italia”).
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Una doble
expectativa estaba centrada en este concierto de abono de la Filarmónica. En
primer lugar, la siempre bienvenida presencia del estupendo pianista italiano
Alessio Bax cuya sola mención nos refiere a realizaciones de absoluta calidad, y
en segundo lugar que respuesta brindaría la Orquesta luego de sus dos descollantes
actuaciones anteriores guiada por Vasily Petrenko y Charles Dutoit . La velada
fue confiada a Paolo Bortolameolli, joven y estupendo conductor chileno, quien
acaba de cumplir con el compromiso de asistir al Maestro Gustavo Dudamel en la
Filarmónica de Los Angeles, es titular de la Sinfónica Juvenil Chilena en donde
a fines del año pasado estrenó para el hermano país trasandino la Sinfonía “de los
Mil” de Mahler, amen de asumir compromisos en Europa y de asistir en su momento
a Master Classes como las que efectuó con el inolvidable Bernard Haitink la que
está registrada en la red social You Tube. Y en rigor de verdad, la Filarmónica
respondió con creces a este nuevo desafío con el aditamento de que las obras “de
punta” del programa fueron de notables compositores argentinos y solo en el
centro una obra del repertorio universal que en los últimos tiempos viene frecuentando
los atriles de las principales orquestas argentinas: el Concierto para Piano y
Orquesta Nº 2 en Sol menor, Op.22 de Camille Saint-Saëns.
La apertura del concierto vino de la mano de
la interpretación de “Galileo descubre las cuatro lunas de Júpiter” de la
inolvidable Marta Lambertini (de quién también veremos representada en el Colón
su notable ópera “Alice in Wonderland”). Obra estrenada por la misma
Filarmónica en 1985 bajo la batuta de Donato Renzetti (quién días pasados cobró
notoriedad por dirigir “La Boheme” en Torre del Lago con sus ojos vendados en
protesta por la calidad de la “regie”) ya en su estreno registró un positivo
impacto en el público, el que a casi cuarenta años después se mantiene
inalterable y más aún revitalizado por la versión de Bortolameolli, quien
estuvo atento a todos los detalles. Hubo precisión en las entradas, realce de
los pasajes de mayor fuerza y supo registrar el halo de misterio que envuelve a
la obra a partir de secuencias en modo “pianissimi” a cargo de las cuerdas las
que aquí lucieron de manera formidable.
Alessio Bax registró una de las mejores
actuaciones que le hayamos visto en el Colón. Desde su debut acompañando a
Joshua Bell, pasando por su recital solista para el Mozarteum Argentino y su
presentación a dúo de pianos con su esposa Lucille Chang con la misma Filarmónica . Su versión del
Concierto de Saint-Saëns fue insuperable. Hubo amplio entendimiento con el
Director y la Orquesta, formidables pasajes de brillo y enjundia y notables intervenciones
en “solo” como las del dificultoso primer movimiento. Siempre se muestra sólido
ante cada ataque y despliega momentos de absoluta inspiración como en el sutil
segundo movimiento. Bortolameolli guió de manera sabia al conjunto para entre
todos establecer un ida y vuelta notable. Ante los insistentes aplausos, Bax
entregó una sentida versión de un estudio para mano izquierda que sorprendió tanto
por su elección como por su estupenda interpretación.
En la
parte final, Bortolameolli conquistó al público con una magnífica versión de “Popol
Vuh, la creación del mundo Maya”, Op.44 de Alberto Ginastera, definitivamente
nuestro compositor más representativo en el mundo. Partitura de altísima
complejidad (fue un encargo del inmenso Eugene Ormandy en 1975 para la Orquesta
de Filadelfia. Ormandy se retiró en 1979 al frente de la Orquesta. Ginastera
recién en 1982 había completado siete de sus ocho secciones y a su
fallecimiento hace ya 40 años, de la sección faltante solo había un boceto.
Leonard Slatkin vio la partitura y dijo que aún inconclusa estaba perfectamente
lista para su estreno del que hay una magnífica grabación en un álbum que incluyó
“La Representación del Caos” de “La Creación” de Haydn y “La Consagración de la
Primavera” de Stravinsky además de “Popol Vuh”), este trabajo marca el retorno
de Ginastera a las raíces ya no solo las argentinas sino las latinoamericanas,
las que también quedan por ese tiempo reflejadas en su Concierto para Violonchelo
y Orquesta Nº 2. Se va desde pasajes muy bajos que preanuncian una verdadera
explosión y culminan en una danza muy potente en donde la percusión, con la
inclusión de instrumentos propios del folcklore latinoamericano, sostiene el
discurso. Bortolameolli trabajo muy bien toda la partitura, evitando caer en
excesos y dando en el punto justo de la interpretación. Previamente, el
director a viva voz le explicó al público
el carácter de este trabajo y aprovechó la ocasión para dedicar la
interpretación a Gerogina Ginastera (hija del compositor) presente en la sala.
Este concierto se enmarcó dentro de las
colaboraciones con el ciclo “Divina Italia” y a mi entender fue uno de los
mayores logros del mismo.
Donato Decina
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