lunes, 21 de agosto de 2023

 

SIN RESIGNAR CALIDAD

 

Teatro Colón, temporada 2023, Onceavo concierto de abono a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Paolo Bortolameolli. Solista: Alessio Bax (Piano). Programa: Obras de Lambertini, Saint-Saëns y Ginastera. 19 de Agosto de 2023 (realizado en cooperación con el ciclo “Divina Italia”).

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  Una doble expectativa estaba centrada en este concierto de abono de la Filarmónica. En primer lugar, la siempre bienvenida presencia del estupendo pianista italiano Alessio Bax cuya sola mención nos refiere a realizaciones de absoluta calidad, y en segundo lugar que respuesta brindaría la Orquesta luego de sus dos descollantes actuaciones anteriores guiada por Vasily Petrenko y Charles Dutoit . La velada fue confiada a Paolo Bortolameolli, joven y estupendo conductor chileno, quien acaba de cumplir con el compromiso de asistir al Maestro Gustavo Dudamel en la Filarmónica de Los Angeles, es titular de la Sinfónica Juvenil Chilena en donde a fines del año pasado estrenó para el hermano país trasandino la Sinfonía “de los Mil” de Mahler, amen de asumir compromisos en Europa y de asistir en su momento a Master Classes como las que efectuó con el inolvidable Bernard Haitink la que está registrada en la red social You Tube. Y en rigor de verdad, la Filarmónica respondió con creces a este nuevo desafío con el aditamento de que las obras “de punta” del programa fueron de notables compositores argentinos y solo en el centro una obra del repertorio universal que en los últimos tiempos viene frecuentando los atriles de las principales orquestas argentinas: el Concierto para Piano y Orquesta Nº 2 en Sol menor, Op.22 de Camille Saint-Saëns.

 

  La apertura del concierto vino de la mano de la interpretación de “Galileo descubre las cuatro lunas de Júpiter” de la inolvidable Marta Lambertini (de quién también veremos representada en el Colón su notable ópera “Alice in Wonderland”). Obra estrenada por la misma Filarmónica en 1985 bajo la batuta de Donato Renzetti (quién días pasados cobró notoriedad por dirigir “La Boheme” en Torre del Lago con sus ojos vendados en protesta por la calidad de la “regie”) ya en su estreno registró un positivo impacto en el público, el que a casi cuarenta años después se mantiene inalterable y más aún revitalizado por la versión de Bortolameolli, quien estuvo atento a todos los detalles. Hubo precisión en las entradas, realce de los pasajes de mayor fuerza y supo registrar el halo de misterio que envuelve a la obra a partir de secuencias en modo “pianissimi” a cargo de las cuerdas las que aquí lucieron de manera formidable.

 

  Alessio Bax registró una de las mejores actuaciones que le hayamos visto en el Colón. Desde su debut acompañando a Joshua Bell, pasando por su recital solista para el Mozarteum Argentino y su presentación a dúo de pianos con su esposa Lucille Chang con  la misma Filarmónica . Su versión del Concierto de Saint-Saëns fue insuperable. Hubo amplio entendimiento con el Director y la Orquesta, formidables pasajes de brillo y enjundia y notables intervenciones en “solo” como las del dificultoso primer movimiento. Siempre se muestra sólido ante cada ataque y despliega momentos de absoluta inspiración como en el sutil segundo movimiento. Bortolameolli guió de manera sabia al conjunto para entre todos establecer un ida y vuelta notable. Ante los insistentes aplausos, Bax entregó una sentida versión de un estudio para mano izquierda que sorprendió tanto por su elección como por su estupenda interpretación.

 

    En la parte final, Bortolameolli conquistó al público con una magnífica versión de “Popol Vuh, la creación del mundo Maya”, Op.44 de Alberto Ginastera, definitivamente nuestro compositor más representativo en el mundo. Partitura de altísima complejidad (fue un encargo del inmenso Eugene Ormandy en 1975 para la Orquesta de Filadelfia. Ormandy se retiró en 1979 al frente de la Orquesta. Ginastera recién en 1982 había completado siete de sus ocho secciones y a su fallecimiento hace ya 40 años, de la sección faltante solo había un boceto. Leonard Slatkin vio la partitura y dijo que aún inconclusa estaba perfectamente lista para su estreno del que hay una magnífica grabación en un álbum que incluyó “La Representación del Caos” de “La Creación” de Haydn y “La Consagración de la Primavera” de Stravinsky además de “Popol Vuh”), este trabajo marca el retorno de Ginastera a las raíces ya no solo las argentinas sino las latinoamericanas, las que también quedan por ese tiempo reflejadas en su Concierto para Violonchelo y Orquesta Nº 2. Se va desde pasajes muy bajos que preanuncian una verdadera explosión y culminan en una danza muy potente en donde la percusión, con la inclusión de instrumentos propios del folcklore latinoamericano, sostiene el discurso. Bortolameolli trabajo muy bien toda la partitura, evitando caer en excesos y dando en el punto justo de la interpretación. Previamente, el director a viva voz le explicó al público  el carácter de este trabajo y aprovechó la ocasión para dedicar la interpretación a Gerogina Ginastera (hija del compositor) presente en la sala.

 

  Este concierto se enmarcó dentro de las colaboraciones con el ciclo “Divina Italia” y a mi entender fue uno de los mayores logros del mismo.

 

 

Donato Decina

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