miércoles, 11 de octubre de 2023

 

                             Cortesía de Prensa Mozarteum Argentino, Fotografía de la Sra. Liliana Morsia



 Recital de Rafael Fingerlos y Sacha El Mouissi por el Mozarteum Argentino

 

UN REPERTORIO ORIGINAL, PERO MUY JUSTO

Martha CORA ELISEHT

 

            Nacido en Salzburgo en 1986, Rafael Fingerlos es un destacado barítono de prestigio internacional, que debutó recientemente en el Teatro Colón interpretando al conde Danilo Danilowitsch en LA VIUDA ALEGRE. El cantante decidió prolongar su estadía en Buenos Aires para ofrecer un recital junto al pianista Sascha El Mouissi organizado por el Mozarteum Argentino dentro de su Ciclo de Abono, hecho que tuvo lugar en el Teatro Colón el pasado lunes 9 del corriente, donde se interpretó el siguiente programa:

-          Del Ciclo “Canciones de viaje”- Ralph VAUGHAN WILLIAMS (1872-1958):

-          “The vagabond”

-          “Let beauty awake”

-          “Whither must I wonder?”

-           “Bright is the ring of words”

-          “I have trod the upwrd and the downword slope”

 

-          “Der Wanderer an den Mond”, D.870

-          “Frühlingsglaube”, D.686

-          “Der Lindenbaum”, D.911/5- Franz SCHUBERT (1797-1828)

      GRUSS AUS WIEN:

-           “Rheinlegendschen”, Op.15- Gustav MAHLER (1860-1911)

-          “Bei dir ist es traut”- Alma SCHINDLER MAHLER (1879-1964)

-          “Es muβ was wunderbares sein”- Ralph BENATZKY (1894-1957)

 

 

-          Deh vieni alla finestra”, de “DON GIOVANNI”, K.527

-          “Io ti lascio, o cara, addio”, K.621ª- Wolfgang A. MOZART (1756-1791)

 

-          “Wie bist du, meine Königin”, Op.32, n°9

-          “All’mein Gedanken”, Wo O33, n°30

-          “Der Gang zum Liebchen, Op.48, n°1

-          “Da unten im Tale, Wo O33, n°6- Johannes BRAHMS (1833-1897)

      NOTTE ITALIANA:

-          “Casa mia, casa mía”- Giacomo PUCCINI (1858-1924)

-          “Dolente immagine”- Vincenzo BELLINI (1801-1835)

-          “La barchetta”- Reynaldo HAHN (1874-1947)

-          “A vuchella”- Paolo TOSTI (1846-1916) 

Desde hace varios años, Sascha El Mouissi y Rafael Fingerlos forman un binomio permanente y lo demostraron sobre el escenario del Colón. El primero resultó ser un excelente pianista acompañante, mientras que el segundo, un cantante con un bello color y timbre vocal, buena línea de canto y buen legato, pero sus dotes vocales fueron insuficientes para un escenario de grandes dimensiones como lo es el Colón. Quien escribe tuvo la oportunidad de apreciarlo tanto en la célebre opereta vienesa como en el recital y, realmente, el rol del conde Danilo le sentó mucho mejor, pese a la desmesurada apertura del escenario en LA VIUDA ALEGRE.

En líneas generales, el recital fue de menor a mayor. Independientemente que el hecho de cantar en su lengua natal sea una ventaja, se lo notó mucho mejor y más afianzado en los lieder de Schubert que en las Songs of travel (Canciones de viaje) de Vaughan Williams, que se brindaron al inicio. Es un ciclo de canciones sobre textos de Robert Louis Stevenson – el mismo autor de La isla del tesoro y En los mares del sur- donde se alaba al amanecer en El vagabundo, al atardecer en Let beauty awake (Deja que la belleza despierte), a lo que deja atrás el caminante (Whither must I wonder? ¿Por dónde he de vagar?) hasta llegar a la trascendencia con Brillante es el anillo de las palabras (Bright is the ring of words) hasta culminar en I have trod the upward and downward slope (He recorrido la pendiente ascendente y la descendente), donde tanto el cantante como el pianista deben reflejar profundos cambios emocionales. Esto se tradujo muy bien merced a la muy buena labor de Sascha El Mouissi, mientras que apenas podían percibirse los matices, los pianissimi y las inflexiones de la voz de Fingerlos, motivo por los cuales sonaron sumamente monótonas. Una pena.

Si bien la interpretación de los lieder de Schubert fue correcta, la canción de cámara alemana es un género donde, además de poseer muy buena voz, el intérprete debe cantarlas con sutileza, cosa que aquí faltó, tanto en El viajero a la luna (Der Wanderer aan den Mond) como Frühlingsglaube (Fe de primavera) y Der Lindenbaum (El árbol de tilo). Recién en esta última se lo apreció mucho más expresivo antes de pasar a las canciones comprendidas dentro del apartado Gruss aus Wien (Saludos desde Viena), donde encaró muy bien la obra de Ralph Benatsky (Debe ser algo maravilloso), perteneciente a la opereta Im weiβen Röβl (La posada del caballito blanco). Ahí se lo notó mucho más afianzado y fue donde mejor usó sus recursos vocales. Lo mismo sucedió con Leyenda del Rin de Mahler y La confianza está en ti (Bei dir ist es traut), de su esposa Alma sobre textos de Rainer María Rilke.

La segunda parte comenzó con dos arias de Mozart cantadas en italiano: “Deh vieni alla finestra de DON GIOVANNI y Io ti lascio, o cara, addio, aria de concierto compuesta pocos meses antes de su muerte, en 1791. Se lo sintió mucho más seguro vocalmente, al igual que en los lieder de Brahms, de los cuales, dos pertenecen al ciclo 49 Melodías Folklóricas Alemanas WoO33, mientras que ¿Wie bist du, mein Königin? (¿Cómo estás, reina mía?) es la canción final de Nueve canciones y cánticos, Op.32. No obstante, al encarar el repertorio italiano, lo hizo tibiamente en la breve Casa mía, casa mía de Puccini y en La Barqueta de Reynaldo Hahn. Se lo notó algo mejor en la célebre A vuchella de Paolo Tosti, pero carente de expresividad. Se lució más al interpretar Dolente immagine, una de las Tres arietas que Bellini compuso en 1821 cuando era aún estudiante del conservatorio San Sebastiano en Nápoles.

Tras los aplausos, Rafael Fingerlos ofreció 4 bises: La rosa y el sauce de Guastavino, donde Sascha El Moussi lo acompañó de manera sublime y sutil. Continuó con una canción tradicional austríaca (Deine Händ möcht ich gespian/ Quisiera espiar tu mano) para terminar con dos lieder de Schubert: An den Mond, D. 259 (En la Luna) y Über allen Gipfeln ist Ruh, D.768 (Por encima de las cumbres, está la paz), donde predominó el registro central y se lo apreció mucho más cómodo.

Este recital tuvo una particularidad: un repertorio original, poco abordado por la mayoría de los barítonos y la presencia de un espléndido pianista acompañante, que no descolló en ningún momento y que formó un auténtico binomio junto al cantante. Sin embargo, fue el concierto más flojo dentro de la excelencia a la cual, el Mozarteum Argentino tiene acostumbrado a su público. Rafael Fingerlos demostró ser un buen barítono para cantar opereta -género que domina y, en el cual, se siente seguro-, pero no para un recital de cámara y menos, en un escenario como el del Colón, donde su voz -aunque bella- sonó muy justa y carente de expresividad. 

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