¡AL COLON!
Teatro
Colón, temporada 2023. Cíclo “Colón en la Ciudad”. Ultimo concierto del “Festival
Rachmaninoff”. Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Srba Dinic.
Solista: Nelson Goerner (Piano). Teatro Coliseo , 30/09/23.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE (+).
Para el mayor recuerdo. A la magnífica
perfomance que Srba Dinic y la
Filarmónica ofrecieron de las “Danzas Sinfónicas” Op. 45, se sumó la monumental
versión del Concierto para Piano y Orquesta Nº 3 en Re menor, Op. 30 con un
superlativo Nelson Goerner, quien tal vez se halla en el mejor momento de su
extensa trayectoria, con pleno dominio de sus recursos técnicos, un exquisito
lirismo y un enfoque justo para el
abordaje de la obra. Pocas veces se ha visto tanta seguridad en los ataques. Ver
la tremenda agilidad de sus manos en los pasajes de bravura. Ya desde los
acordes iniciales pude percibir que estábamos ante una demostración de sublime
talento, la expresividad lograda durante la carga dramática de la sección
central de ese primer movimiento fue tal que entiendo que apabulló por completo
al público, el que siguió la versión en un cerradísimo y bienvenido silencio.
La compenetración de Goerner con la
partitura es tal que hasta se dio tiempo para seguir con golpes de vista
a los solistas de la orquesta en sus intervenciones para que el conjunto vaya
completamente a tiempo. De la misma forma puede decirse que el Mtro. Dinic
estuvo atento a cada pasaje en un perfecto entendimiento con el solista. El
Adagio central, tuvo un vuelo expresivo total y el movimiento de cierre expuso
la que tal vez haya sido la coda final más sublime que se haya escuchado en
mucho tiempo. A esta altura no cabe agregar que con el compás final, la sala
colmada del Coliseo se transformó en una verdadera caldera con Público y
Orquesta de pié ovacionando con justicia a quién hoy es la máxima expresión del
pianísmo argentino. Para quién esto escribe, que he tenido el privilegio de
verlo debutar en la sala del Colón con el Concierto Nº 1 de Liszt, vuelvo a
tener ese privilegio ahora en la seguridad de que aquel pibe sorprendente es
hoy un intérprete consumado digno de las mayores salas del mundo. Por si algo
hiciera falta, brindó un sentido bis del op. 39, en donde hasta el iluminador
de sala dejó un seguidor únicamente sobre su figura, dando con todo este marco
un ambiente absolutamente abstraído y reflexivo que le dio al cierre de este
increíble evento lo que sería “la cereza del postre”.
Volviendo al comienzo, la Filarmónica, que
desde la venida de Vasily Petrenko hasta hoy viene en plena recuperación y luce
cada vez más sólida, ofreció con la magnífica guía del Mtro. Dinic una muy
contundente versión de las Danzas Sinfónicas Op. 45 en las que el compositor
reafirma su estilo, lo expone de manera pulida y deja así su sello como uno de
los más intensos creadores Post-románticos, alcanzando una cumbre también como
orquestador. La paradoja quiere que tras habérselas escuchado al mismísimo Goerner
en versión dúo de pianos con Martha Argerich hace tan solo dos meses atrás, es
ahora la máxima agrupación musical de los porteños quién toma en su versión final este trabajo y lo
expone de manera contundente y precisa con total lucimiento de sus solistas y
de todos sus sectores.
Hemos
tenido el privilegio de ver expuesto a Rachmaninoff por Ntro. mejor pianista como tal vez en mucho
tiempo no se escuchará algo así. Si a este Festival le sumamos la imponente
versión de la “Rapsodia Sobre un Tema de Paganini” justamente junto a la misma Orquesta
y Vasily Petrenko, el disfrute auditivo fue completo. Es cierto que la sala del
Coliseo (sobre todo en este último concierto) respondió para este Festival.
Pero un evento de esta naturaleza y en Buenos Aires se debe ofrecer en un solo
sitio. Por eso debería reiterarse EN EL
COLON. No hay otra.
Donato Decina
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