LA ARMONIA FRANCESA EN
UNA NOCHE DE EXCELENCIA
Concierto de la Orquesta
Sinfónica Nacional
Dirección: Natalia
Salinas
Solista: Florencia
Machado – mezzosoprano
26 de abril de 2024
Auditorio Nacional
Programa:
Maurice Ravel: La Valse M
71
Herctor Berlioz: Las
Noches de Estío Op 7
Cesar Franck: Sinfonía en
Re
Un programa realmente
desafiante nos propuso la Orquesta Sinfónica Nacional en la noche del viernes.
Música Francesa de fines
del siglo XIX y principios del XX que presentan un desafío de interpretación
mayúsculo.
El concierto se inició
con el Poema Coreográfico La Valse de Maurice Ravel que requirió el orgánico
completo.
Esta magnífica creación
compuesta entre 1919 y 1920 lleva en su génesis por un lado el homenaje a
Johann Strauss que el compositor pensó inicialmente, y el impacto que en su
espíritu generó la Primera Guerra Mundial.
Me permito transcribir el
texto de Orrin Howard en uno de los programas de mano de la Orquesta
Filarmónica de Los Angeles que describe perfectamente la obra:
“Las nieblas se crean
primero con violonchelos y contrabajos apagados que tocan trémolos; a ellos se
unen las cuerdas más agudas, el arpa y los timbales. A partir de ahí, una
figura intenta tomar forma en los fagotes, luego en el clarinete bajo y los
clarinetes, y después en las cuerdas. Las flautas y los violines añaden sus
voces fragmentadas, hasta que por fin las violas y los fagotes emergen para
hacer una declaración melódica definida incluso a través de los continuos
remolinos orquestales, que ahora amenazan con dispersarse. Finalmente, las
cuerdas se imponen y presentan el primer tema en toda su exuberante gloria de
vals. Esta es la señal para que la danza comience en serio, y otras melodías
aparecen en profusión, por ejemplo, una cadenciosa cantada por un oboe, una
boyante ofrecida por una trompeta, etc. Intrigantes combinaciones
instrumentales animan la escena en un deslumbrante despliegue de incomparables
colores orquestales ravelianos. Pero esta elegancia está destinada a ser
violada. El vals se distorsiona grotescamente cuando los ritmos y las armonías
chocan salvajemente y la orquesta inicia una erupción tumultuosa que prosigue
en una orgía instrumental caótica hasta que, agotadas todas las energías, cinco
unísonos estruendosos a toda orquesta ponen fin a la obra de forma
estremecedora.”
Es el espejo de la
destrucción que la guerra hizo sobre esa sociedad vienesa ideal y que nuestro
Organismo sinfónico plasmó de manera elegante, pudiendo apreciarse cada linea
instrumental dejando en quien escribe un asombro y una sensación de valoración
de los seres humanos que movidos por intereses no nobles dañamos aquellas
bellezas que hemos sido capaces también de crear….
El clima estaba dado para
podernos llevar a la serena reflexión que nos ofrece el ciclo de Canciones Las Noches de Estío Op 7 de Héctor
Berlioz en su versión orquestal y mezzosoprano original de 1856.
John Mamgum ,también para
la Orquesta de Los Angeles expresaba: “, En Les nuits d'été,
Berlioz seleccionó seis poemas del volumen La comédie de la mort (La
comedia de la muerte) de su amigo íntimo Théophile Gautier
(1811-72). Los poemas consideran el amor desde diferentes ángulos, pero la
pérdida de amor los impregna a todos. Cuando se interpretan como un ciclo, las
canciones transmiten esta pérdida con mayor fuerza, no sólo como composiciones
individuales tocadas por la melancolía, sino como una concepción coherente, en
la que el anhelado "siempre" de la primera canción,
"Villanelle", se vuelve inalcanzable en la última, "L'île
inconnue". El arrebatador e idealista amor de Berlioz por Harriet se había
desvanecido - la brisa había hecho volar su barco en un rumbo muy alejado del
"siempre" de sus sueños de juventud.”
Estos sentimientos, que también quedan de ver la desolación que genera la
guerra, llevaron a una conmovedora interpretación de la mezzosoprano rosarina
Florencia Machado que supo interpretar el espíritu individual de cada una de
ellas y dotarlas del dramatismo requerido. Una emisión y dicción perfectas que
llenaron la enorme sala, y el adecuado acompañamiento de una orquesta reducida
permitieron un espacio intimista que fue muy bien recibido por los asistentes.
Y ante esta sensación de vacío, soledad, tristeza….emerge la Sinfonía en Re
de Cesar Franck….
La obra compuesta entre 1886 y 1887 retoma el esquema cíclico de la
sinfonía romántica germana; pero uniéndola con el color expresionista de los
creadores franceses de la época.
Sus tres movimientos Lento- Allegro ma non troppo; Allegretto y Finale
Allegro non Troppo nos fueron mostrando como mostrar la unidad en un entorno
complejo sin rivalizar con las individualidades.
La versión que tuvimos oportunidad de escuchar permitió apreciar a cada
línea: la delicadeza de las cuerdas perfectamente amalgamadas, los vientos
madera creando los climas de cada movimiento (destaco los clarinetes y el corno
ingles que pudieron apreciarse en forma superlativa); los metales que tuvieron
una performance excepcional, compacta, firme y definida acompañados de la
percusión intensa que requirió un alto grado de concentración de los
ejecutantes. Vale aquí destacar el trabajo en el segundo movimiento de la
solista de arpa que llenó con su sonido único el inicio y final del segundo
movimiento.
La maestra Natalia Salinas asumió con solvencia y amplio conocimiento la
concertación, llevando a un resultado superlativo el desempeño de los
profesores integrantes, quienes se volcaron con disciplina y concentración a
este programa complejo con un resultado de excelencia.
El público permaneció extasiando al final de la velada aplaudiendo
vivamente a los artistas.
COMENTARIO AL MARGEN:
En el pasado, los periódicos de distribución masiva incluían en su sección
de Espectáculos comentarios de diversos conciertos, que aparte de su opinión se
convertían en escuela para aquellos que recién nos iniciábamos.
Hoy solamente refieren a las funciones del Teatro Colón y alguna otra muy
esporádicamente.
Ese vacío lo cubren hoy este portal con el equipo de Donato, Martha,
Graciela y Roberto en el cual me honran con su permiso para participar y el
portal colega Por Siempre Coloneros liderado por Ricardo Mandel.
Vaya entonces mi profundo reconocimiento a tan noble y desinteresada labor
y un llamado de atención a los responsables de los diarios….han olvidado una
parte muy importante del quehacer artístico.
Ing. Andres Berretta
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