lunes, 23 de agosto de 2021

 

RETORNO TRIUNFAL DE CARLOS CALLEJA AL TEATRO COLON

 

Ciclo de Conciertos en días Domingo del mes de Agosto a cargo de la Orquesta Estable del Teatro Colón, Director: Carlos Calleja. Solista: Darío Schmunck (Tenor). Programa: Obras de Britten y Mozart. 22  de Agosto de 2021.

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.

 

  Pasaron 13 años para que el Maestro Carlos Calleja volviera a dirigir orquestas en la sala del Teatro Colón de Buenos Aires. Para que finalmente este retorno se concretara tuvo que ocurrir que quien debía llevar adelante el concierto de la Orquesta Estable del Colón no pudiera hacerse cargo dadas las restricciones en materia sanitaria y de transportes que por la pandemia rigen en Ntro. País (se encuentra en Chile en este momento). Más allá de esta circunstancia debo señalar el acierto de la convocatoria a este notable director y docente y hago votos para que al igual que en este caso se tenga en cuenta a futuro a otros directores nacionales de igual nivel que el Mtro. Calleja y volver a tener en las programaciones un equilibrio en cuanto a conductores nacionales y extranjeros. Este concierto debe ser el punto de partida para ello.

 

  De la programación  inicial se mantuvo la obra para solista y orquesta. En este caso correspondió a “Les Iluminations”, 9 poemas seleccionados  de Arthur Rimbaud  publicados en 1886 bajo ese título musicalizados por Benjamin Britten  cuyo estreno se produjo en 1940. Paradójicamente es en Londres hacia donde el escritor huyó a comienzos de esa década  del siglo XiX en compañía de Paul Verlaine en la cual entre 1873 y 1875 escribe esos poemas. Britten tomará como se ha dicho 9 de ellos manteniendo la lengua original y compondrá esta obra pensando en que puedan ser abordados por voces de registro soprano o tenor, aunque al escucharlos es imposible no darse cuenta de que están pensados para su compañero de vida, el gran Peter Pears. Estos poemas en si e igualmente la obra de Britten son justamente un “Collage” de sensaciones, revelaciones  y recuerdos. Bien vale entonces el título: “Iluminaciones”. El acompañamiento está establecido para grupo de cuerdas junto a la voz del solista. Y a partir de la frase inicial que entona este tras una larga introducción por parte de las cuerdas: “Solo yo poseo la llave de este desfile salvaje”, nos sumergimos en esos nueve números: “Fanfare”, “Villes”, “Phrase”- “Antique”, “Royaute”, “Marine”, “Interlude”, “Being beauteous”, “Parade”, “Depart”. Por allí percibiremos momentos enérgicos, instantes elegíacos, sutiles, descriptivos, de danza, alcanzando un clima introspectivo que termina cautivando al oyente. Las cuerdas fueron dispuestas en semicírculo, al mejor estilo “camerata” con violines, violas y contrabajos de pié y, por supuesto, únicamente los violonchelos sentados. Darío Schmunck fue un extraordinario intérprete. Supo expresar y decir, cualidades estas absolutamente imprescindibles para abordar esta obra. Desplegó matices y emitió en todo momento con absoluta justeza. Tuvo pleno entendimiento  con el grupo instrumental magistralmente dirigido por Calleja, quien contagió a los músicos los que se prodigaron absolutamente en la interpretación.  Pocas veces se ha escuchado en vivo esta obra, pero creo que pudo apreciarse una versión rayana en la perfección. Rara vez he visto a los músicos aplaudir no solo al solista, sino también al Director, lo que habla a las claras del sentimiento que invadió al escenario.

 

  Para completar un concierto magnífico se decidió programar la Sinfonía Nº 41 Kv 551 en Do mayor llamada “Júpiter” de Wolfang Amadeus Mozart. Aquí sorprendió gratamente el hecho que los vientos y metales de la orquesta, quienes por protocolo sanitario deben tocar separados por mamparas, lo hicieran de pié para posibilitar una mejor proyección de sonido. Si tenemos en cuenta que se contó con la presencia de muy buenos atriles (Pishenin, Todorov, De la Vega, Albornoz, Rosón, entre otros) y la visión de Calleja de hacerla con el orgánico justo, acertadísimos “tempi” y sostenido discurso orquestal, no dudo en decir que la versión ofrecida es una de las mejores que yo haya escuchado por Orquesta y Director Argentinos, por lo que ha sido este, sin dudas, el mejor concierto de los escuchados por mi hasta el presente, sin perjuicio de lo que pude apreciar en muy bien nivel la semana anterior, tanto como en los  que pude asistir de la Filarmónica de Buenos Aires. Es muy grato ver cuando hay total comunión entre los intérpretes y que el público responda, en consecuencia, con tantos vítores que los músicos bien ganados los tienen, y esperemos ver a Calleja más seguido en el Colón.

 

Donato Decina

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