Créditos: Prensa Teatro Colón. Fotografía del Maestro Arnaldo Colombaroli
Soberbia actuación del dúo de violoncelistas Brunello- Solima en el Colón
UNA PERFECTA SINERGIA DE POTENCIACIÓN
Martha CORA ELISEHT
El Ciclo Grandes Intérpretes Internacionales organizado por el Teatro Colón
llegó a su fin el pasado lunes 13 del corriente con un recital a cargo de los prestigiosos
violoncelistas italianos Mario Brunello y Giovanni Solima, que formó parte del ciclo
DIVINA ITALIA y que contó con el auspicio de la embajada de dicho país y del Instituto
Italiano de Cultura de Buenos Aires.
Los músicos ejecutaron el siguiente programa:
- “LA TRAVIATA”- Giuseppe VERDI (1813-1901)
- Preludio
- “Dell’invito trascorsa é già l’ora” …
- “Libiam” (versión para violoncello piccolo y violoncello de Antonio
MELCHIORI)
- Suite Italiana- Igor STRAVINSKY (1882- 1971)
- Introduzione
- Serenata
- Aria
- Tarantella
- Minuetto e finale (versión para violín y violoncello de Grigory PIATIGORSKY
y Jascha HEIFETZ- transcripción para violoncello piccolo y violoncello)
- Ciaccona en Do mayor para violín y bajo continuo (dos violoncellos piccolo)-
Antonio BERTALI (1605-1669)
- Ciaccona en Re menor (de la Partita n°2 para violín solo)- Johann S. BACH
(1658-1750) (transcripción para dos violoncellos piccolo de Víctor
DEREVIANKO)
- Sonata para dos violoncellos en Fa mayor “Ad uso corni da caccia”- Giovanni
Battista CONSTANZI (1704-1778) (arreglo para dos violoncellos de Giovanni
SOLIMA)
- The Hunting Sonata- Giovanni SOLIMA (1962)
- Adagio- allegro
- Siciliana
- Giga
Pese a que hubo programas de mano, los mismos no contenían comentarios escritos
por algún musicógrafo o crítico especializado; por lo tanto, los intérpretes se
presentaron sobre el escenario provistos de micrófonos para realizar comentarios sobre
las obras y explicar las diferencias entre los diferentes violoncellos en un bellissimo
italiano, claro y entendible aún para aquel que no esté familiarizado con dicho idioma.
El violoncello piccolo -de menor envergadura y tamaño que el cello común- posee un
registro más agudo y reemplaza al violín, mientras que el violoncello de 5 cuerdas actúa
como bajo continuo. Por eso, resultaron indispensables para los arreglos y
transcripciones ya mencionadas que se interpretaron durante el transcurso del programa.
Son dos auténticos rock stars de dicho instrumento y lo manifestaron desde los primeros
compases de LA TRAVIATA hasta finales del celebérrimo Brindisi (“Libiam”), donde
hicieron gala de un monumental fraseo, técnica e interpretación. Además, uno se
complementó perfectamente con lo que hacía el otro, logrando un colosal sinergismo de
potenciación. La obra siguiente (Suite italiana) no fue otra cosa que PULCINELLA de
Stravinsky, donde Solima acercaba -o alejaba- el violoncello piccolo para aumentar la
profundidad del sonido. Una soberbia interpretación de este arreglo para ambos
instrumentos basado en la transcripción de Heifetz y Piatigorsky, quienes -en su época-
también fueron estrellas absolutas del violín y el cello, respectivamente.
Los músicos se refirieron a la ciaaccona como el blues del 1600, ya que es una
melodía caracterizada por metro ternario, tempo moderado y variación continua de las
voces superiores mediante bajo ostinato. Aparecieron en colecciones para guitarra en
España -de ahí que algunos atribuyen su origen en Latinoamérica- y se propagaron en
Europa. Los primeros que usaron este género fueron Monteverdi y Frescobaldi en Italia,
al igual que Lully y Couperin en Francia para ilustrar sus obras escénicas. En la
mencionada obra de Bertali que se ofreció en este programa, el cello de 5 cuerdas suena
como guitarra en el punteado, y como bajo continuo, en el frote. El arreglo también
lleva efecto strappata (golpes sobre la caja del instrumento), lo que permitió que Solima
y Brunello se lucieran una vez más sobre el escenario del Colón para dar paso a la
celebérrima Chacona en Re menor de la Partita n°2 para violín solo de Bach, que sonó
auténticamente barroca. Pero faltaba aún lo mejor: una excelente versión de la Sonata
para dos violoncellos en Fa mayor “Ad uso corni da caccia” de Constanzi con arreglo
del propio Solima, que fue -según gusto particular de quien escribe- lo mejor de la
noche. Una versión de fuste, con una enjundia pocas veces vista y una precisión
asombrosa por parte de ambos músicos. Seguidamente, la obra de Giovanni Solima
(The Hunting Sonata) es una obra de corte netamente clásica, tonal, audible, con una
muy buena musicalidad y que permite explorar los diferentes matices por parte de
ambos instrumentos. Al igual que su homónima Antidotum Tarantulae XXI, se basa en
danzas antiguas (siciliana, giga) mientras que el allegro posee matices de melodías
centroeuropeas y ragas de la India. Una obra interesante para dar cierre al recital, donde
los numerosos aplausos del público dieron lugar a un bis: la transcripción para dos
cellos de Rapsodia Bohemia, de Freddie Mercury y Brian May -que una ya había
escuchado en el concierto donde se presentaron con la Filarmónica de Buenos Aires-,
donde una vez más, los italianos se retiraron ovacionados tras su interpretación, alzando
sus instrumentos en señal de aprobación para despedirse del público argentino. Un
concierto perfecto para dar final a este ciclo como un broche de oro de la mano de estos
dos grandes intérpretes.
Concierto magnifico, explicación incompresible, aún viéndolo por youtube, ni me imagino en el teatro. El italiano no es un idioma facil ni claro, solo entendí que tenian un violocello pícollo y que la Chacona era como el blues del siglo.... todo lo demás... pasó de largo. Vaya a saber por qué muchos músicos creen que el italiano es igual al castellano. Lo mismo pasó con Andras Shiftt. En fin... recién ahora y gracias a este comentario me entero de lo que dijeron.
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