UN INTERESANTE
ATARDECER EN LA PLATA
Teatro
Argentino de La Plata, temporada 2023: Ciclo de conciertos de la Orquesta
Estable, Directora Invitada: Natalia Salinas. Solista: Adriana Mastrángelo
(Mezzosoprano). Programa: Obras de Bordalejo, Ravel y Sibelius. Sala Alberto
Ginastera, 05 de Noviembre de 2023.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO
Como parte de
sus actividades del año 2023 y tras la largamente esperada concreción de la
reapertura de la sala Alberto Ginastera, el Teatro Argentino de La Plata
presentó un nuevo concierto de su Orquesta Estable a una semana escasa del
anterior que culminara en un rotundo triunfo de la agrupación, en esa oportunidad
comandada por el Maestro Luís Gorelik. En esta oportunidad y nuevamente con un
exigente programa, que incluyó el estreno mundial de una obra encargada por el
Teatro y dos verdaderas joyas de la música, la conducción le fue confiada a una
de las batutas femeninas de mayor trascendencia en los últimos tiempos: la santacruceña
Natalia Salinas.
El concierto se inició con el estreno mundial
de la Suite “Parkour” de Tomás Bordalejo,
joven compositor quién actualmente reside en Francia. Se trata de una obra en
dos movimientos sumamente contrastantes entre sí. Basándose en que Parkour es “el
nombre de una técnica física que consiste en
transformar la escenografía urbana en obstáculos que deben ser sorteados”
(así lo define la información que recibí de Prensa del Teatro Argentino), la
obra se inicia desde las sonoridades más bajas, va progresando en un “crescendo”
que tiene como protagonistas a los metales de la Orquesta hasta llegar a un
poderoso “climax” sonoro. Continúa con una sección central confiada a cuatro cornos y percusión a modo de un
intermedio de corte más calmo el que desemboca nuevamente en un poderoso “tutti”
orquestal con el que culmina esta primera parte. El segundo movimiento es de
corte más reflexivo, en el que la mayor carga recae sobre la cuerda, la que
expone una línea melódica. En duración es mucho más breve que el primero,
culminando con la música casi “flotando” en el aire. Una vez más, Natalia
Salinas volvió a demostrar su real capacidad en la conducción de repertorio
contemporáneo, guiando un conjunto que
respetó hasta la mínima marcación de la notable conductora. La falta de
programas de mano hizo que el público aplaudiera entre movimientos y que al
concluir la obra esperara unos cuantos segundos antes de comenzar con los aplausos.
Lamentablemente esa fue la tónica durante todo el concierto, diferente al
anterior en donde hubo un magnífico silencio durante la interpretación de las
obras.
En la continuidad del programa, apreciamos una
vez más a Adriana Mastrángelo en una obra de siglo veinte, en lo que parece ser
el repertorio para la que se la ha requerido a lo largo de la temporada,
exhibiendo toda su valía interpretativa con momentos superlativos de canto. “Sheherazade”
de Maurice Ravel fue en ésta oportunidad la página abordada. Obra generadora de
climas, con instantes de aura misteriosa,
otros de despliegue brillante y momentos de supremo lirismo. Desde la
primera canción (Asia), Mastrángelo impuso su voz y su autoridad
interpretativa, muy bien secundada por Salinas y la Orquesta, quienes brillaron
en los momentos puramente orquestales con su intensa carga dramática. Ya en la
segunda canción (Le Flute Enchantee), con un magnífico solo del titular de
flauta, Mastrángelo entregó la mejor parte vocal con una expresividad sin
fisuras y en la página de cierre “El Indiferente” todos lucieron por igual,
coronando de esta manera una muy buena y digna versión.
Tras el lógico intervalo, Natalia Salinas y la
Estable acometieron con una de las joyas virtuosas del período Post-romántico,
La sinfonía Nº 2 en Re mayor, Op. 47 de Jean Sibelius. Obra con la que culmina
el período nacionalista de su producción, cuenta con instantes de suma
intensidad, fuerte carga dramática y una secuencia final con sus dos últimos
movimientos entrelazados que culminan en un brillante estallido que lleva a una
triunfal coda de cierre. Una oportunidad para apreciar la valía de la Maestra
en este repertorio.
Salinas adoptó un “tempi” ágil en el inicio
en donde más allá de algunas pequeñas imperfecciones fue
virando hacia pasajes muy bien llevados, culminando en un muy buen pianissimo. Sobrevino luego el bucólico segundo movimiento
en donde tras el lento comienzo se va entrelazando un diálogo entre cuerdas y vientos con el que se
cerrará este momento. Aquí hubo un mayor ajuste y suma claridad y precisión en
la marcación de la Directora. Llegamos entonces a los dos movimientos de cierre
en donde se escuchó por lejos lo mejor de la tarde. Hubo brillo orquestal,
claridad de ideas y una magnífica exposición del célebre tema central a cargo
de las cuerdas, las que deslumbraron por su tersura. La intensa coda de cierre
fue muy bien llevada por Salinas hasta concluir la obra de manera estupenda. La
cerrada ovación del público premió la labor, insistiendo en llamar al escenario
a la Directora la que a mi entender se apresuró en retirarse y culminar así el
concierto. Cuando el soberano brinda un mimo al alma hay que recibirlo con
afecto y dejar que sea justamente el público el que decida cuando se extingue
el aplauso.
Donato Decina
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