Excepcional recital de piano a cargo de Gastón Frydman en el Salón Dorado
UN PEQUEÑO GIGANTE AL TECLADO
Martha CORA ELISEHT
´ Gastón Frydman es uno de los pianistas más jóvenes e importantes que la
Argentina ha brindado en estos últimos años. Nacido en 1996, comenzó a tocar el piano
a los 7 años y ha ganado numerosos concursos. Tras haber obtenido la beca PORAK –
otorgada por el Mozarteum Argentino-, se trasladó a Estados Unidos en 2018 para
perfeccionarse con Antonio Pompa- Baldi en el Instituto de Música de Cleveland, donde
luego de 5 años se graduó con las más altas calificaciones y, posteriormente, obtuvo una
Maestría y un diploma en Pedagogía. Actualmente reside en New York, donde se
perfecciona con Horacio Gutiérrez y Gabriela Montero en la Manhattan School of
Music. Ha actuado en numerosos escenarios nacionales e internacionales en Estados
Unidos, Europa y Asia y se presentó el pasado viernes 31 del corriente en el Salón
Dorado del Teatro Colón, donde ofreció un recital integrado por las siguientes obras:
- Bagatelle, de 4 piezas para piano, Op.2- Valentín SILVESTROV (1937)
- 6 piezas para piano, Op.118- Johannes BRAHMS (1833-1897)
- El amor y la muerte (balada) de Goyescas- Enrique GRANADOS (1867-1916)
- Orange: A new beginning, de “THE PRIDE SUITE”- Konstantin
SOUKHOVETSKI (1981)
- Sonata para violín y piano en Si menor (transcripción para piano de Antonio
Pompa- Baldi)- Ottorino RESPIGHI (1879-1936)
- Levante (Fantasía en un coro de La Pasión según San Marcos)- Osvaldo
GOLIJOV (1960)
Ante la consabida ausencia de programas de mano en los conciertos que se ofrecen
habitualmente en el Salón Dorado, Gastón Frydman se dirigió al público provisto de un
micrófono tras la interpretación de la primera obra para realizar breves comentarios e
ilustraciones musicales sobre las mismas. La primera pertenece al compositor ucraniano
Valentín Silvestrov, nacido en Kiev en 1937 y radicado actualmente en Berlín, conocido
internacionalmente por su estilo musical postmoderno y neoclásico. Sus Cuatro piezas
para piano es una de sus composiciones más tempranas y Frydman abordó Bagatelle
(moderato) de manera sutil y delicada. Seguidamente, ofreció una excelente versión de
las Seis piezas para piano, op.118 de Brahms, compuestas en 1893 y dedicadas a Clara
Wieck- Schumann. Representa una de las últimas obras del compositor hamburgués y
comprenden 4 intermezzi, una balada y una romanza, dispuestas de la siguiente manera:
I. Intermezzo en la menor. Allegro non assai, ma molto appassionato
II. Intermezzo en La Mayor. Andante teneramente
III. Balada en sol menor. Allegro energico
IV. Intermezzo en fa menor. Allegretto un poco agitato
V. Romanza en Fa Mayor. Andante
VI. Intermezzo en mi-bemol menor. Andante, largo e mesto
A su vez, las seis piezas presentan un motivo de tres notas adyacentes y se
dividen en dos series, cada una de las cuales comprende tres piezas. En la última,
Brahms hace alusión al Dies Irae (Día del juicio final), pero de forma subliminal y
dubitativa. En cada una de ellas se pueden apreciar las tres características principales de
la obra de Brahms: solemne, romántica y marcial, siendo en algunas más explícitas,
mientras que otras poseen un carácter introspectivo. La interpretación fue sublime, con
una perfecta resolución de elementos como trinos, arpegios y arabescos, tanto en los
graves como la región central del instrumento.
Seguidamente, Frydman brindó una excelsa versión de la Balada del Amor y la
Muerte perteneciente a la suite Goyescas de Granados, compuesta en 1911 y
considerada la obra maestra de este gran compositor español. Pese a ser un confeso
admirador de Francisco de Goya, las piezas de Goyescas no se corresponden con los
cuadros del pintor, sino que más bien describen una atmósfera. Su interpretación fue
profunda, con una perfecta ejecución de glissandi, cadencias, arpegios y arabescos.
Hacía mucho tiempo que esta cronista no escuchaba una parte de esta célebre suite en
los recitales de piano, lo que representó un valor agregado.
Nacido en Moscú en 1981 y criado dentro del seno de una familia de artistas,
Konstantin Soukhovetski es uno de los pianistas y compositores más destacados de la
actualidad. Se encuentra radicado en Estados Unidos desde 2003 y ha ganado
numerosos premios internacionales. Orange: a new beginning forma parte de The Pride
Suite y hace referencia a uno de los colores de la bandera del colectivo LGTB, al igual
que Blue, compuesta anteriormente con motivo de la muerte de su pareja. Se presentó en
calidad de estreno local y narra la esperanza y el renacer tras el dolor causado por la
muerte de un ser querido. Posee una buena línea melódica, tonal, agradable, con un
desarrollo mediante una sucesión de escalas ascendentes y descendentes, que aumentan
paulatinamente de intensidad hasta desembocar en un crescendo. Fue del grado del
público y recibida con un intenso aplauso, al igual que la transcripción realizada por
Antonio Pompa- Baldi del Andante espressivo de la Sonata para violín y piano en Si
menor de Respighi, cuya interpretación fue magistral. Dicha sonata data de 1917 y
representa una obra maestra dentro del repertorio de cámara del gran representante del
impresionismo italiano.
La obra elegida para el cierre del recital fue Levante, perteneciente a La Pasión
según San Marcos del argentino Osvaldo Golijov, compuesta en 2004. Es una fusión de
diferentes ritmos latinoamericanos (milonga, pajarillo, rumba, guaracha) fusionados con
síncopa al ritmo del son cubano. La melodía se desarrolla sobre dicha base armónica,
logrando una interesante versión. En este caso, se logró una perfecta ejecución de los
trinos en el registro agudo, así como también en los graves. El público que se dio cita en
el Salón Dorado deliró tras su interpretación con un sinfín de aplausos y vítores.
A pesar de ser muy joven, es un pianista de dotes y cualidades excepcionales,
que brilla en cada una de sus presentaciones -tanto en recitales de cámara como en el
género sinfónico-. Un grande con todas las letras y un pequeño gigante frente al teclado.
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