Muy buena versión del Réquiem de Mozart por el Ensamble CONCENTUS
CON INSTRUMENTOS ORIGINALES, ES OTRA COSA
Martha CORA ELISEHT
Con una notable presencia de público, se llevó a cabo el segundo concierto del
Ciclo “ROMÁNTICOS Y REVOLUCIONARIOS” organizado por el Ensamble
CONCENTUS bajo la dirección de Ricardo Sciammarella el pasado martes 16 del
corriente en el Teatro Avenida, denominado “UN RÉQUIEM PARA MOZART” y que
contó con la participación del Grupo de Canto Coral dirigido por Néstor Andrenacci y
los siguientes solistas: Silvina Petryna (soprano), Sarah Migliori (mezzosoprano),
Ricardo González Dorrego (tenor) y Víctor Torres (bajo/ barítono). Al igual que en el
concierto anterior, hubo dos actores -Belén Pasqualini y Néstor Caniglia- quienes
interpretaron a Constanza Weber y a un periodista encargado de efectuarle un reportaje.
La dramaturgia estuvo a cargo de Betty Gambartes y Diego Vila, con dirección general
de Betty Gambartes.
El programa estuvo compuesto por las siguientes obras:
- Obertura del oratorio “JUDAS MACABEO”, HWV 40- Georg F. HÄNDEL
(1685-1759)
- Réquiem en Re menor, K.626- Wolfgang A. MOZART (1756-1791)
- Ave Verum corpus, KV 618- Wolfgang A. MOZART (1756-1791)
Dedicado al príncipe William August -Duque de Cumberland- con motivo de su
victoria en la batalla de Culloden en 1746, Händel decide componer su célebre oratorio
JUDAS MACABEO en ese mismo año con versos de Thomas Morell, quien, a su vez, se
basó en el deuterocanónico Macabeos (2-8), con motivos agregados de las
Antigüedades Judías de Flavio Josefo. Gozó de una inmensa popularidad desde su
estreno en 1747 y ha sido fuente de inspiración para otros compositores de la talla de
Beethoven y Mozart. Su obertura es un clásico ejemplo de obertura a la francesa y
consta de dos secciones (Largo/ Allegro), con un contrapunto característico. El
Concentus brindo una muy buena versión, con perfecto dominio de tempi y empleo de
instrumentos de época.
Tras los aplausos, el demiurgo Néstor Caniglia hizo su presentación sobre el
escenario para interpretar a un periodista dispuesto a entrevistar a Constanza Weber -
viuda de Mozart- con motivo de aclarar la verdad sobre la composición del Réquiem. En
Junio de 1791, se presentó en el domicilio del compositor un hombre vestido de negro,
que rehusó identificarse y que le encargó la composición de un réquiem.
Posteriormente, se supo que era un emisario del Conde Franz Walsegg von Suppach,
músico aficionado cuya esposa había fallecido y que quería pasar la obra como si fuera
suya. Debido a la muerte de Mozart en Diciembre de 1791, el Réquiem quedó
inconcluso, motivo por el cual, su viuda solicitó a varios de sus alumnos poder
finalizarlo y que pareciera escrito por el propio compositor. La responsabilidad cayó en
Franz Süssmayr (1766-1803), quien aceptó el encargo en 1792 y preparó una copia
limpia de la partitura de Mozart, agregando su orquestación. Actualmente, se sabe que
Mozart completó íntegramente el Introito y la mayor parte del Kyrie, Sequentia y
Ofertorium, que fueron completados y orquestados por Süssmayr. El Sanctus,
Benedictus y Agnus Dei pertenecen a Süssmayr, pero el número final (Lux Æterna)
posee la misma melodía del inicio. De esta manera, la obra se cierra con la música
original de Mozart y toma un sentido cíclico.
Sobre esta controversia acerca de la autoría de la obra, Betty Gambartes creó una
dramaturgia fantástica para dar origen al reportaje anteriormente mencionado, donde
Belén Pasqualini se lució no sólo como actriz, sino también como cantante -interpretó
las primeras líneas de la Misa en Sol mayor -, mientras que Néstor Caniglia dio vida a
un periodista incisivo y arrogante.
Tras la intervención de los actores, el Grupo de Canto Coral Buenos Aires, los
integrantes del Ensamble Concentus y los solistas tomaron su ubicación sobre el
escenario para brindar la versión original completada por Süssmayr, que posee
instrumentos originales de época (corno di bassetto en vez de oboe, fagotes vieneses y
sacabuches -especie de trombón usado en música religiosa de la época, de timbre
solemne-). Merced al gran desempeño de Ricardo Sciammarella en el podio, la labor de
los músicos fue estupenda, logrando una versión con un sonido de época que no se
escucha habitualmente. Si a esto se le suma que el ensamble cuenta con profesionales de
altísima jerarquía -algunos de los cuales son especialistas en este género-, la calidad fue
insuperable. Por su parte, el desempeño del Grupo de Canto Coral Buenos Aires fue
magnífico, con un perfecto equilibrio entre las voces, merced a la preparación de Néstor
Andrenacci -otro especialista en el tema-. Dentro de los solistas, tanto Silvina Petryna
como Sarah Migliori, Víctor Torres y Ricardo González Dorrego tuvieron una gran
noche en todas y cada una de sus respectivas intervenciones.
Tras un aluvión de aplausos y vítores, los intérpretes brindaron una hermosísima
versión de Ave Verum Corpus, motete para coro, cuerdas y órgano compuesto por
Mozart en 1791 con motivo de la celebración de Corpus Christi, que sonó bellísimo y, a
la vez, simple y sencillo. Otra nueva ovación para los intérpretes, dando cierre a un
concierto brillante. Una de las mejores versiones del Réquiem mozartiano, que permite
apreciar la belleza de la melodía original mediante el empleo de instrumentos de época.
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