Estupenda actuación del Ensamble CAMERUS en la Iglesia Evangélica Alemana
EN EL ÁMBITO MÁS APROPIADO
Martha CORA ELISEHT
¿Dónde se puede escuchar mejor la música sacra sino dentro de una iglesia?...
En este caso, la Iglesia Evangélica Alemana sita en la calle Esmeralda de la Capital
Federal -de ahí que se la conozca como “la Esmeralda”- constituyó el ámbito propicio
y perfecto para la interpretación de las Sinfonía Sacras III de Heinrich Schütz (1585-
1672) a cargo del Ensamble CAMERUS, hecho que tuvo lugar en dicho templo -
perteneciente a la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP)- el pasado viernes 6 del
corriente bajo la dirección de Alejandro Nuss y la participación de los siguientes
solistas: Mercedes García Blesa (soprano), Ayelén Isaia (soprano), Ana Moraitis
(soprano), Esteban Manzano (alto), Ramiro Cony (tenor), Martín Díaz (tenor), Santiago
Tiscornia (barítono) y Walter Schwarz (bajo).
El programa comprendió las siguientes obras:
- Sinfonías Sacras III:
- SWV 416- Herr, wie lange willst du mein so gar vergessen?
- SWV 398- Der Herr ist mein Hirt
- SWV 403- Siehe, es erschien der Engel des Herren
- SWV 400- Wo der Herr nicht das Haus bauer
- SWV 401- Mein Sohn, warum hast du uns das getan?
- SWV 405- O sußer Jesu Christ, wer an dich recht gedenket
- SWV 410- Siehe, dieser wird geseszt zu einem Fall
- SWV 407- Lasset uns doch den Herren, unsern Gott, loben
- SWV 406- O Jesu süß, wer dein gedenkt
- SWV 415- Saul, was verfolgst du mich?
- SWV 418- Nun danket alle Gott
- SWV 417- Komm, Heiliger Geist, Herre Gott
- Psalmen Davids, Op.2, n°24
- SWV 45- Danket dem Herren
La principal característica de la música de este compositor -considerado el padre de
la música sacra alemana- es la combinación de la polifonía germana con la innovación
rítmica y armónica del estilo concertante italiano -representado por Gabrielli y
Monteverdi-. Schütz era Kappelmeister en Dresde (Sajonia) y fue el fundador de la
Staatskappelle Dresden en 1617 -germen de la futura Orquesta Sinfónica Estatal de
Dresde-. Su estilo era progresista, pero tuvo que abandonar su puesto en la corte como
consecuencia de la Guerra de los 30 Años, motivo por el cual emigró a Copenhague
invitado por el príncipe heredero de Dinamarca. A su retorno a Dresde en 1641 y, como
consecuencia de la guerra, la infraestructura musical de Alemania también quedó
devastada. No se contaba con los recursos para interpretar obras gigantescas al estilo de
la escuela veneciana y, por lo tanto, su estilo se torna más simple y austero. Además de
los tres libros de Sinfonías Sacras, su obra comprende corales, Las siete palabras de
Cristo en la cruz, los Salmos de David (Psalmen Davids, libros I y II), Canciones
Sacras, Pasiones e Historia de la Resurrección de Jesús.
Con motivo del festejo de su 10° aniversario, el Ensamble CAMERUS decidió
rescatar el Libro III de las Sinfonías Sacras, compuestas en Dresde en 1650 cuando
Schütz retoma su puesto de Kappelmeister con textos de los diferentes Evangelios
comprendidos en el Nuevo Testamento. Se seleccionaron 12 de las 20 sinfonías
comprendidas dentro del mencionado Libro, pero sin seguir un orden cronológico
numéricamente tal como figura en la edición original. El ensamble instrumental estuvo
dividido en tres partes: el obligati, integrado por dos violines, dos cornetos (que simulan
el sonido de la trompeta, pero de madera), violoncello, tiorba y órgano (continuo); el
complimenti I (viola y violas da gamba) y complimenti II (sacabuches, trompetas y
percusión). En determinado momento y, mientras se efectuaba el cambio de ubicación
del coro y de los instrumentos para permitir la amplificación del sonido, Alejandro Nuss
explicó la historia del compositor, su obra y el hecho de poder tocarse tanto solamente
con el obligati y el continuo como con los complimenti. Un dato sumamente importante
para que el público conozca algo más sobre un compositor prácticamente ignoto en el
medio local y desconocido por la mayoría de los asistentes. Desde los primeros
compases de la SWV 416 en adelante se pudo apreciar una orquesta de instrumentos de
época muy bien afinada y afiatada, con un muy buen equilibrio entre las voces
principales, que estuvieron muy bien ensambladas y preparadas. Las entradas de
cuerdas e instrumentos de viento sonaron perfectamente en el resto de las sinfonías
comprendidas en el programa, con magistral afinación de instrumentos de viento
(sacabuches, cornetti, trompeta barroca). El acompañamiento de las voces en las
sinfonías donde sólo se requería órgano fue excelente por parte del continuo, con una
muy buena labor de Karina Álvarez, al igual que la actuación de los violinistas Rodolfo
Marchesini y Javier Weintraub y del trompetista/ cornetista Gustavo Gargiulo. Las
intervenciones por parte del coro también fueron magistrales durante todo el desarrollo
del concierto y merece un comentario aparte la excelente actuación de la soprano ligera
Constanza Leone como Jesús púber en la SWV 401, que narra las escenas de la infancia
de Cristo. También se destacaron el barítono Santiago Tiscornia (José) y la soprano
Ayelén Isaia (María), acompañados en sus solos por el órgano.
Cada una de las principales voces solistas aportó maestría en la interpretación y
derroche de recursos vocales como coloratura, esmalte tonal, legato y línea de canto,
destacándose las sopranos Mercedes García Blesa, Ayelén Isaia y Ana Moraitis y los
tenores Ramiro Cony y Martín Díaz, al igual que el bajo Walter Schwarz y el barítono
Santiago Tiscornia. Con respecto de Esteban Manzano -anunciado como alto-, sonó más
como contratenor que como una alto trans; no obstante, posee un buen color vocal,
legato y línea de canto y se retiró sumamente aplaudido al final.
Para cerrar el concierto, el CAMERUS eligió una obra de juventud de Schütz: el
Psalmen Davids Op.2, n°24- SWV 45: Danket dem Herren (Den gracias al Señor), que
fue compuesto en Freiberg en 1628 y que pertenece a la primera etapa del compositor.
A diferencia del etilo austero de las Sinfonías Sacras, es un canto de alabanza y, por
ende, de carácter exultante, cuya orquestación lleva trompetas barrocas, sacabuches,
obligati, continuo, complimenti de violas da gamba y percusión. El coro se ubica hacia
ambos costados de la grada ubicada en la parte superior del templo y los sacabuches,
donde se ubica el órgano, mientras que el ensamble instrumental y los solistas van al
frente. Una versión magnífica de una obra excelsa, donde Arauco Yepes y Gustavo
Gargiulo demostraron sus excelentes dotes interpretativas. El público celebró
unánimemente de pie la labor desempeñada por el conjunto y los solistas vocales.
El evento contó con los auspicios del Mecenazgo del Gobierno de la Ciudad, una
conocida entidad bancaria y forma parte del ciclo Peabody de música clásica. Y, con
motivo de su 10° aniversario, el CAMERUS va a ofrecer próximamente los Motetes de
Rameau y el Te Deum de Charpentier. Es un placer poder disfrutar de obras inéditas de
compositores barrocos totalmente olvidados y desconocidos en el país a cargo de
intérpretes de excelencia; sobre todo, en el ámbito perfecto para el cual fueron escritas.
Estimada, muy bueno su comentario. Especialmente comparto su opinión respecto que en la iglesia se apreció en toda su magneficiencia esta obra de Schutz. Si bien no sono mal en el CENTRO CULTURAL SARMIENTO, falto el entorno eclesial y más reducido de la iglesia, que contribuyó a gozar plenamente esta obra magnífica. Gracias por su comentario, pero debo decir que fueron 2 los cornetistas y trompetistas: Sergio Abraham a quien usted olvidó mencionar, y Gustavo Gargiulo. Considero que ambos estuvieron excelentes.Pero claro, Gargiulo, que si menciona, 4 tiene más prensa.
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