Virtuosismo
latino…
Por
Jaime Torres Gómez
El segundo
programa de la temporada internacional de la Sinfónica
Nacional de Chile consultó un interesante repertorio de
raíz latinoamericano, denotando una refrescante versatilidad programática.
No
obstante la continuidad de actividades de la decana
agrupación, aún no se anuncia la temporada
completa. De hecho, como una forma de fomentar una debida fidelización
de público, es necesario retomar la histórica venta
de abonos ante la favorable coyuntura pandémica, adquiriendo
completa pertinencia referirlo a este programa, ante la mermada cantidad
de público respecto al anterior, siendo necesario
disponer pronto de la programación en su conjunto, ayudando
así a una mayor convocatoria.
Nuevamente
dirigida por Rodolfo Saglimbeni, su magnífico titular (últimamente
premiado por el Círculo de Críticos de Arte de Chile), además contó
con la presencia del famoso trompetista venezolano Francisco
(Pacho) Flores, hoy en día uno de los más virtuosos mundiales en su
instrumento, dándole un plus de completa inserción
internacional a la misma Sinfónica.
Con
una batería de cuatro obras, dos de ellas estuvieron protagonizadas por el
formidable solista en calidad de estrenos. Y congruente al
perfil del programa, se contemplaron dos clásicos del
repertorio latinoamericano para orquesta, como una bienvenida Obertura
Cubana de George Gershwin (de escasa
programación local) y los patrimoniales Tres Aires
Chilenos de Enrique Soro.
Abrió
con una magistral versión de la Obertura Cubana, obra de
notable factura en el manejo de la orquestación y del desarrollo de sus ideas
inspirativas, donde Gershwin explota en profundidad la
raíz vernácula de lo rítmico y melódico basado en la rumba (originada
en Cuba). Con idiomatismo a borbones, Saglimbeni redimió
la profundidad (y “academicidad”) de la pieza ante desvirtuados enfoques
de altas velocidades sin advertir pasajes esenciales, en especial en la primera
sección. Un triunfo cabal de interpretación y excelencia de entrega de
los sinfónicos (notable el solo del clarinete en
la parte central).
Con menos
logros llegaron los Aires Chilenos sorianos,
acusando destemples sonoros (explosivos tutti) que restaron
riqueza de colores, privilegiándose una extemporánea brillantez, más un desconcertante cometido
del violín solista en el entrañable Segundo Aire…
En
cuanto a la esperada presencia de Pacho Flores, debe
destacarse que no se trató de un debut en Chile, recordándose vivamente su
última visita junto a la Orquesta Clásica de la
Universidad de Santiago ocho años atrás, en esa
oportunidad con repertorio barroco y clásico. Artista
con una vasta colaboración para la Deutsche Gramophon, hoy en día
su mayor aporte gravita en la difusión de todas
las posibilidades expresivas e innovadoras de la trompeta, amén de un alto
compromiso por expandir la música latinoamericana en su conjunto.
El debut ahora con
la decana orquestal del país se dio en un contexto de dos
obras con su directa participación creativa. Es el caso del “Concierto
de Otoño” del destacado compositor mexicano Arturo Márquez, estrenado en
el año 2018 por el propio Flores, a quien le fue
dedicado. Y parafraseando al mismo Márquez, quien
mejor la describe, “la trompeta es reina en el alma de México… es el
grito mexicano de alegría y de tristeza… y mi Concierto de Otoño es una
recopilación de todos estos sentires, colores y quitapesares”. Sus tres movimientos -son, balada y
conga- contienen atractiva enjundia armónica, colorística
orquestación y atrapante expresividad, explotando, a través de 3 tipos
de trompetas, una amplia gama de timbres y colores. Triunfal cometido
de Flores y de los sinfónicos nacionales,
deslumbrantemente comandados por su maestro titular.
Y con “Albares”, compuesto por el mismo Pacho Flores, finalizó este
nuevo programa sinfónico. De
interesante exploración tímbrica y colorística liderada por 3 tipos de fliscorno -derivado de la trompeta-, y
que también es usado en el segundo movimiento del “Concierto de Otoño” marqueziano, en “Albares” alcanza niveles
superiores de explotación, amén de una buena factura de orquestación y del uso
de los ritmos latinos inspirantes. Nuevo triunfo cabal del gran solista, del solvente director y los profesores sinfónicos, dando cuenta de un momento estelar de la decana Sinfónica Nacional de Chile…
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