jueves, 6 de abril de 2023

 

Excelente concierto a cargo de la Sinfónica Nacional en el CCK

 

SOBRE LA GUERRA Y LA SOLEMNIDAD

Martha CORA ELISEHT

 

            Alguna vez, el lector se preguntará qué quiso decir el cronista al titular una nota o un artículo. En este caso, se refiere concretamente al repertorio brindado en el concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional el pasado miércoles 5 del corriente en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner (CCK) bajo la dirección del maestro Federico Sardella, con la participación del Coro Nacional de Música Argentina y el periodista Santiago Giordano como locutor, compuesto por las siguientes obras:

-          Fanfarria para un hombre común- Aaron COPLAND (1900-1990)

-          “Malvinas” (poema sinfónico coral) (estreno)- Pedro CHEMES (1964)

-          Sinfonía n°4 en Mi menor, Op.98- Johannes BRAHMS (1833-1897)

Posteriormente a la entrada de los instrumentos de bronce y percusión para el desarrollo de la mencionada obra de Copland, Santiago Giordano ofició como presentador del programa y comentarista. Se refirió principalmente a la obra del compositor argentino Pedro Chemes sobre la guerra de Malvinas, que se presentó en calidad de estreno -cumpliendo con uno de los objetivos principales de la Sinfónica Nacional-. De paso, comentó también que la célebre Fanfarria para un hombre común fue originalmente concebida como obra de guerra. Se compuso por encargo del director de orquesta Eugene Goosens en 1942, como homenaje a los caídos durante la Segunda Guerra Mundial. De las 18 fanfarrias presentadas por requerimiento a distintos compositores, la de Copland prevaleció y se transformó no sólo en una de las obras más conocidas de este gran compositor estadounidense, sino también “en honrar un tributo al hombre común en la fecha del impuesto sobre la renta”, según sus propias palabras. Se estrenó en 1943 y está escrita para los siguientes instrumentos: 4 trompas en Fa, 3 trompetas en Si bemol, 3 trombones, tuba, timbal, bombo y doble gong. Posteriormente, Copland la incorporó como tema principal del 4° movimiento de su Sinfonía n°3. Los bronces de la Sinfónica Nacional sonaron magistrales, al igual que los instrumentos de percusión, desarrollando una impecable versión de tan consabida obra.

Seguidamente, el resto de la orquesta hizo su presentación sobre el escenario de la Sala Sinfónica junto al Coro Nacional de Música Argentina, donde uno de sus integrantes ingresó provisto de una caja.  El poema sinfónico presentado en calidad de estreno consta de tres movimientos: Plaza de Mayo furiosa el 30 de Marzo de 1982/ Plaza de Mayo eufórica por la recuperación de las Malvinas/ Hundimiento del Crucero Gral. Belgrano y desolación por la pérdida de las islas. Para ello, Chemes emplea elementos vanguardistas fusionados con temas del folklore argentino y -en ciertos momentos- ribetes de tango. El resultado es una obra de muy buena línea melódica, atrayente para el espectador, que traduce en música los sucesos históricos sobre un tema tan caro a la historia argentina y que -hasta entonces- ha sido poco abordado en el ámbito de la música clásica. Junto con “Islas de fuego” -estrenada por la Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto” hace pocos días atrás-, son las únicas obras de música clásica que versan sobre el tema. El tema de la indignación popular contra el régimen militar del 1° movimiento está muy bien abordado por parte del coro, donde se alternan pasajes musicales con gritos de protesta, mientras la orquesta responde con un muy buen logrado contrapunto en glissandi entre la percusión, trompetas y trombón bajo - notables actuaciones de Jonathan Bisulca y Jean Pierre Huemac, respectivamente-. El segundo movimiento abre con una cadencia a cargo de las cuerdas en contrapunto con la tuba, creando un clima de niebla y misterio que envuelve a las islas, hasta desembocar en una melodía en tono mayor que indica que las Malvinas han sido recuperadas. El solo de violín -a cargo del concertino Gustavo Mulé- muestra una breve conciliación hasta la entrada de la percusión y los metales, indicando el comienzo de la guerra previamente a la entrada del coro. Por último, el efecto de cuerdas divididas crea un panorama de desolación causado por el hundimiento del crucero Gral. Belgrano y la indiferencia hacia los excombatientes por ambas partes. Un solo de bombo previo a la entrada de las cuerdas en ritmo de baguala recrea la derrota militar, retomada por el lamento del coro ante la pérdida del territorio. Aquí es donde el solista de caja se luce marcando el ritmo mientras el coro proclama “Recuerda la historia de los vencidos/ la historia de la muerte de mirada y vida combativa/ recuerda”. Hacia el final, el trombón bajo, la tuba y la flauta crean esa atmósfera de dolor y desolación con la que culmina la obra. Fue muy bien recibida por el público y se invitó al compositor a subir al escenario en medio de numerosos aplausos y vítores.

La Sinfonía n°4 en Mi menor, Op.98 es la última que compuso Brahms durante el verano de 1884 en Mürzzuschlag y la estrenó en 1885 al frente de la Meiningen Court Orchestra. Se caracteriza por el énfasis especial sobre la nota Do en sus cuatro movimientos: Allegro non troppo (Mi menor) / Andante moderato (Mi mayor) / Allegro giocoso- Poco meno presto- Tempo I (Do mayor) / Allegro enérgico e passionato- Piú allegro (Mi menor). Independientemente de ser una obra maestra y la predilecta de las sinfonías del genio de Hamburgo por parte de quien escribe, la versión ofrecida por la Sinfónica Nacional sonó majestuosa. Si bien hubo algunas imperfecciones entre los cornos en el 1° movimiento, no por ello le restó mérito. La impecable dirección de Federico Sardella permitió el completo lucimiento de la orquesta en toda su dimensión, sacando un sonido puro y característico de la música de Brahms: romántico, solemne y marcial. Hacía rato que una no escuchaba una versión tan perfecta de la mencionada sinfonía por una orquesta argentina - la última vez por parte de una, la memorable versión ofrecida por Luis Gorelik en 2016 al frente de la Estable del Colón en la Usina del Arte- y el público se puso unánimemente de pie al final en medio de una ovación de aplausos.

Cuando se estudia periodismo, lo primero que se enseña es la síntesis. Se dice que el título de una nota es la síntesis más perfecta de la misma. El programa ofrecido por la Sinfónica Nacional incluyó obras relacionadas con la guerra y una obra magistral y solemne como es la 4° Sinfonía de Brahms en otra noche que será recordada por la gran versión de esta última obra, cuyos acordes todavía persisten en los oídos del público.       

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