martes, 16 de mayo de 2023

 

Concierto de la Orquesta Académica de la Universidad Nacional de Lanús

 

.Orquesta Académica de la Universidad Nacional de Lanús

.Director: Maestro Daniel Bozzani

.Solista: Javier Mas

.Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires, 13 de mayo, hora 18.

 

            En este concierto, de la trigésima temporada del Ciclo de Grandes Conciertos de la UBA se contó con la actuación de la Orquesta Académica de la Universidad Nacional de Lanús, bajo la dirección del maestro Daniel Bozzani y la actuación  solista del maestro Javier Mas en el piano.

           

            La Obertura Edipo a Colono, de Antonio Sachini (1730-1786), fue la primera obra del programa. Ya desde el inicio, en sus gráciles y rápidos pasajes de la cuerda permitió apreciar tanto la amplitud de la masa de cuerdas de la orquesta como su sonido terso y absolutamente homogéneo, en un opus cuyo elemento central es precisamente esa sección.

            La Fantasía para piano y orquesta “Der Wanderer”, opus 17, (D.760) de Franz Schubert (1797-1828), con arreglo de Franz Liszt (1811-1886) siguió en el programa, interpretada por el maestro Javier Mas, quien logró una correcta versión de un trabajo donde el elemento melódico surge en un segundo plano ante el predominio de pasajes rápidos.

            En la segunda parte fue abordada la Sinfonía nro. 2 en mi menor, opus 27 de Sergei Rachmaninov (1873-1943)

            Tanto la primera sinfonía (1895) como la segunda (1906-1907), en su radicalmente distinta concepción,  marcan cotas de las más altas –si tal afirmación es posible, dado que todo en Rachmaninov es diverso y a la vez brillante y profundo- en la producción del gran compositor y concertista  de Novgorod.

            Es una obra mayor del repertorio, tanto en la complejidad de su trama musical, como en la belleza de sus extensas líneas melódicas y en la propia extensión. A poco que la apreciemos habremos de percibir que, por ejemplo la cuerda va de pasajes de un piannisimo dulce y expresivo a rápidos trozos que demandan toda la longitud del arco durante extensos períodos. En lo expresivo, el permanente cambio de dinámicas demanda un fraseo muy sutil ya que el color orquestal lleva la melodía de una sección a otra –toda la obra es un inmenso diálogo- que debe seguir la frase en el mismo volumen y sensibilidad en la inflexión. Pasajes como los arranques en el Allegro del segundo movimiento o el Allegro vivace del cuarto son intensos, rápidos y requieren una precisión tan grande como las inflexiones de las frases lentas.

            Vayamos a algunos de sus lugares para ejemplificar lo expuesto: tras la iniciación en los graves de la cuerda y el acorde de clarinetes y clarinete bajo que le sucede –verdadero marco que plantea un clima sonoro- sucede el sencillo tema ascendente, breve y conciso, en la cuerda, que sujeto a transformaciones y variaciones habrá de va estructurar toda la obra y darle unidad. Rachmaninov se nos revelará como un maestro de la transformación motivica, como lo era Rimsky Korsacov (también hemos de apreciar que algo semejante sucederá en su Tercer Concierto en do menor, de 1909). Es una obra compleja que, como el tercer concierto, descansa en elementos sencillo pero que aparecen extendidos, fragmentados, invertidos o superpuestos y desarrollados, a veces en largos tramos, de manera muy sutil.

            La disposición de la cuerda adoptada: primeros violines a la  izquierda del director y segundos a su derecha permitió apreciar la trama en que la sección trabaja: por momentos la línea melódica de los violines se divide en los que llevan la melodía y los que aportan una diferente hecha de una modificación melódica –uno de los lugares es en el desarrollo del extenso primer movimiento –que dura unos 18 minutos-. También sucede en otros lugares con modalidades distintas, una es la cita del motivo inicial por parte de los segundos mientras los primeros llevan otra melodía.

            Todas las secciones son relevantes, la percusión, los metales, las maderas que, por ejemplo el solo del corno inglés que luego de un extenso desarrollo orquestal cita el tema inicial en forma casi literal, lo cual lleva, tras un acorde de las maderas a un desarrollo nuevo con una variación del tema central.

            En solo de clarinete –a cargo del solista Pablo Thimental- del comienzo del tercer movimiento Adagio es uno de los lugares más bellos –si afirmar eso es posible en una obra de belleza en toda su extensión- que, en el comienzo del registro agudo del instrumento nace con una nota inicial que surge muy suavemente y que inaugura un extenso pasaje que plantea el desafío de la respiración, ya que la línea se desliza sin detenerse nunca en distintas inflexiones, lo  que hace que el instrumentista deba aprovechar muy breves momentos para respirar.

            En su memorable libro Los Griegos Kitto dice algo como: si me he extendido tanto es para demostrar el profundo intelectualismo griego. Si me extendido tanto –extensión que está muy lejos de agotar las posibilidades de la obra- es para poner en evidencia el valor de la interpretación de la Orquesta Académica de Lanús y de la preparación y el trabajo del maestro Daniel Bozzani, ya que se trata de una obra que no da tregua en ningún momento de los aproximadamente 57 minutos que dura.

            Ante un desajuste en el arranque del Allegro molto el maestro detuvo la interpretación y el inicio fue atacado nuevamente. En uno de sus trabajos Mariano Balestena señala el verdadero sentido de estos accidentes en la música, que han de ser demostrativos de la dificultad que entraña hacer música y de todo lo otro que sale sin inconvenientes. Una actitud franca, responsable y honesta que no desmerece en lo más mínimo la gran interpretación que pudimos disfrutar de una obra no presente en el repertorio.

            Tanto en la cuerda, como en los metales y maderas, en la percusión, todo fue preciso, expresivo, a la altura del fraseo y la intensidad requeridos por un gran diseño sinfónico.

            En su presentación inicial, el compositor Juan Carlos Figueras se refirió tanto al ciclo semanal de los conciertos de la UBA, libres y gratuitos en los cuales se sugiere la entrega de un alimento no perecedero, ya que el referido ciclo no se agota en el plano musical, así como a la importancia de la independencia universitaria y el espíritu de igualdad que implica.

            El propio ciclo es una prueba de ello.     

           

 

Eduardo Balestena

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