Extraordinario concierto de clausura
del Festival KONEX 2023
GALA
DE CIERRE DE ALTA GAMA
Martha
CORA ELISEHT
A
diferencia de otras ediciones anteriores del Festival KONEX de música clásica,
el tema correspondiente para el corriente año ha sido Brahms y la música
gitana. Sin embargo, el concierto de cierre de la presente edición de dicho
Festival estuvo integrado por obras de otro gran compositor: Antonín Dvořak
(1841-1904), hecho que tuvo lugar el pasado domingo 7 del corriente en el
auditorio del Centro Cultural KONEX bajo la dirección del maestro Carlos
Alberto Vieu al frente de la orquesta del Festival, con la participación de
José Araujo como solista, en un programa formado por las siguientes obras:
-
Coro de gitanos de “IL
TROVATORE” (versión instrumental)- Giuseppe
VERDI (1813- 1901)
-
Danza eslava n°8,
Op.46- Antonín DVOŘAK (1841-1904)
-
Concierto en Si menor
para violoncello y orquesta, Op.104- Antonín
DVOŘAK (1841-1904)
-
Sinfonía n°9 en Mi
menor, Op.95 (“Del Nuevo Mundo”)- Antonín DVOŘAK
Ante
un auditorio prácticamente colmado de público, el concertino David
Bellisomi hizo su presentación sobre el escenario para dar lugar a la
tradicional afinación de instrumentos previamente a la entrada del director,
quien puso su tradicional énfasis para brindar una correcta versión del célebre
Coro de gitanos que da inicio al 2° Acto de IL TROVATORE. Si bien
hubo algunas imperfecciones al inicio, no le restó mérito. La orquesta tomó
vuelo y ofreció una buena versión de tan consabida pieza.
De
los múltiples conciertos compuestos para violoncelo y orquesta, el Op.104 de
Dvořak es quizás, el más conocido y permite un perfecto lucimiento del solista.
Fue compuesto en 1895 durante su estadía en Estados Unidos, mientras se
desempeñaba como director del Conservatorio de Música de New York. Su estilo es
netamente romántico en forma de sonata, ya que consta de tres
movimientos (Allegro/ Adagio ma non troppo/ Finale: Alegro moderato-
Andante- Allegro vivo), donde Dvořak introduce melodías folklóricas típicas
de su país de carácter dramático en los dos temas presentados por la orquesta
en el 1° movimiento antes de la intervención del cello, que son retomados por
el instrumento solista. En cambio, el Adagio ma non troppo posee un
clima más nostálgico y melancólico, donde se introduce un led del propio
compositor (“Déjame solo”, Op.82) y culmina plácidamente, mientras que,
en el último movimiento introduce melodías folklóricas checas que culminan en
un final brillante. En la presente versión, pudo apreciarse una muy buena
calidad de sonido desde la introducción por parte del clarinete marcando el
primer tema del 1° movimiento, que se mantuvo durante todo el desarrollo de la
obra, donde los solistas de cada grupo de instrumentos se lucieron en sus
respectivas intervenciones. Y la labor de José Araujo fue excepcional: no sólo
lo tocó de memoria, sino que, además, brindó una versión brillante, de neto
corte romántico. Su fraseo, cadencias, trinos y cascadas fueron de una
perfección absoluta y, además, le agregó un ingrediente fundamental: emoción.
Se lo notó perfectamente compenetrado con la obra y lo tocó con el alma. El
cello es el instrumento más parecido a la voz humana y, por lo tanto, posee
múltiples matices que le permiten “cantar” la melodía, que fue la
característica de esta magnífica interpretación. También se destacó David
Bellisomi en la cadencia en el dúo entre el solista y el primer violín
del 3° movimiento, al igual que Fernando Chiappero en los solos de corno. El público
estalló en aplausos y vítores tras su ejecución.
De
todas las sinfonías de Dvořak, la n°9 en Mi menor es la más conocida y
fue recibida con un gran éxito de púbico y crítica desde su estreno, acontecido
en el Carnegie Hall de New York en 1893 a cargo de la Filarmónica de dicha
ciudad dirigida por Anton Seidl. Fue compuesta entre 1892 y 1893 durante la
estancia de Dvorak en Estados Unidos, pero hay un error de
apreciación en cuanto a su título: no es Del Nuevo Mundo, sino Desde
el Nuevo Mundo. Según palabras del compositor: “En realidad, no he
utilizado melodías de los nativos americanos. Simplemente, he escrito temas
originales que incorporan las peculiaridades de la música indígena y los he
desarrollado como sujetos con todos los recursos del ritmo, contrapuntos y
recursos orquestales modernos”. Estas características se desarrollan en los 4
movimientos que la integran: Adagio - Allegro molto/ Largo/ Scherzo: molto
vivace- Poco sostenuto/ Allegro con fuoco, donde se alternan melodías
originales de Bohemia con la alusión a la danza indígena en el scherzo del
3° movimiento -inspirado en La Canción de Hiawatha, de Longfellow-. La
versión ofrecida por Carlos Vieu fue magistral desde todo punto de vista, con
una soberbia marcación de tempi, vuelo instrumental, fuste y enjundia
para culminar el cierre del Festival a toda orquesta con una interpretación de
excelencia.
Para
el año próximo, el tema de la 9° edición del Festival será Bizet y la música
francesa. Un evento de calidad excepcional que convoca y que ya forma parte
de la tradicional temporada porteña de conciertos, además de ser una de las
pocas entidades privadas que apuestan e invierten en cultura.
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