sábado, 15 de julio de 2023

 


Fotografía: Servicio de Prensa del Teatro Colón realizada por el Maestro Arnaldo Colombaroli


LA MAGNIFICA CEREMONIA DEL REENCUENTRO

 

Teatro Colón, temporada 2023: “Festival Argerich”, Concierto de apertura. Programa: Obras de Rheinberger y Schumann. Intérpretes: Martha Argerich (Piano), Freddy Varela Montero (Violín), Tatiana Glava (Violín), Adrián Felizia (Viola), Fernando Rojas Huespe (Viola), Stamir Todorov (Violonchelo), Chao Xu (Violonchelo), Eiian Ortíz Cárdenas (Contrabajo) Fabio Mazzitelli (Flauta), Guillermo Astudillo (Clarinete),Alejandro Lago (Oboe), Abner Da Silva (Fagot), Gustavo Ibacache (Corno). 15 de Julio de 2023.

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.

 

  Sala llena, expectativa, momento de rebajar la iluminación de la misma y al aparecer sobre el escenario se percibe que el Colón “ruge”.  Es una de las mayores muestras de gratitud que este cronista visualiza permanentemente desde hace 40 años consecutivos en que concurre al Teatro Colón. Tal vez solo la iguale otro gigante amigo suyo: Daniel Barenboim. Martha Argerich (De ella se trata) ejerce un magnetismo muy particular sobre el público porteño (y por lo que se ha percibido de algunas latitudes cercanas que atraídos por el receso invernal vienen a Buenos Aires y encuentran a semejante nombre en el Colón). Cada presencia suya es sinónimo de teatro lleno, dispuesto a gustar de muy buena música y mucho mejor interpretada. En esta apertura de la edición 2023 del Festival que lleva su nombre el ritual se renueva. El público agradecido.

 

  En el comienzo, un grupo de profesores integrantes de la Orquesta Estable del Teatro Colón más algunos invitados, capitaneados desde el primer violín por Freddy Varela Montero (Primer concertino titular) acometieron con una obra poco frecuentada en las salas de concierto. Los Maestros la rescataron para el ciclo que la Asociación de Profesores de la Estable efectúa en la Fundación Beethoven y  encontraron aquí la gran ocasión de interpretarla ante el público de la sala de la calle Libertad. Se trata del Noneto en Mi bemol mayor, Op.139 de Josef Gabriel Rhenberger y junto al primer violín, acompañaron: Adrián Felizia (Viola), Chao Xu (Violonchelo) Eilan Ortíz Cárdenas (Contrabajo), Fabio Mazzitelli (Flauta), Guillermo Astudillo (Clarinete),  Alejandro Lago (Oboe),  Abner Da Silva  (Fagot) y Gustavo Ibacache (Corno).

 

  Oriundo del principado de Liechtenstein, músico precóz que ya a los 7 años brindaba recitales de órgano y que luego poco tiempo después se internara en el mundo de la composición, Josef Gabriel Rhenberger desarrolló,  basado fundamentalmente en Munich la mayoría de su profusa carrera. De prolífica producción, pueden encontrarse una gran cantidad de obras corales, de cámara, para  instrumentos solos y una llamativa cantidad de obras sinfónicas en las que nítidamente sobresale su sinfonía programática Nº 10 “Wallenstein”. Docente universitario, ejerció en Munich y formó a dos destacadísimos alumnos luego muy famosos ellos:  Engelbert Humperdinck  y Willem Furtwangler.  De 1884 es este Noneto, en donde encontramos una nítida influencia post-romántica y dentro de ella fundamentalmente la de Johannes Brahms. A lo largo de sus cuatro movimientos observamos que la estructura de los mismos responden a un primer tema, una segunda sección o sección central  para nuevamente volver al primero en una recapitulación que cierra el fragmento. Estos movimientos siguen más o menos el orden vigente en esa época: 1º) Allegro Moderato-Adagio-Allegro Vivo. 2º) Menuetto-Andantino. 3º) Adagio Molto y 4º) Allegro-Adagio Molto-Allegro Vivo. La versión  de los maestros fue impecable de punta a punta bajo la guía precisa de Freddy Varela Montero.  Con el correr de la interpretación, la misma ganó en intensidad. De muy gratas melodías, cada integrante del conjunto tuvo en ellas la posibilidad de  brillar en cada nota.  Fue un trabajo muy bien recibido por el público el que se expresó con un muy sostenido aplauso.

 

  Tras el intervalo, el “Rugido”. Por supuesto que Martha Argerich a nadie defraudó. Acompañada por Varela Montero, Tatiana Glava en segundo violín, Fernando Rojas Huespe en Viola y el magnífico Stamir Todorov en Violonchelo, ofreció una magistral interpretación del Quinteto  para piano en Mi bemol mayor Op. 44 de Robert Schumann, en la que desde el vamos impuso sus tiempos, su pulso y en donde junto a los músicos construyó una versión vivaz, sentida, con un intenso comienzo (Allegro Brillante),  un reflexivo segundo movimiento que cautivó de punta a punta (In modo d’una marcia. Un poco largamente), Un Scherzo más pleno que nunca y un Allegro final de tramite arrollador que hizo reaccionar con una gigantesca ovación al público. Es justo señalar la magnífica labor del cuarteto que acompañó a Argerich en donde resaltaron las labores de Varela Montero y Glava durante el segundo movimiento y de un magnífico Stamir Todorov a lo largo de la obra. Todos se demostraron capaces de seguir a la inmensa intérprete hasta en los mínimos detalles que Ella desee ofrecer.

 

  La enfervorizada reacción tuvo premio y fue la repetición del tercer movimiento con el mismo magnífico resultado de la primera vez. Tal vez haya sido demasiado, ya que a lo largo del concierto justamente los “neófitos” no se privaron jamás de aplaudir entre movimientos e incluso comenzaron a hacerlo unos compases antes del final del tercer tiempo del Noneto de Rheinberger  Ya es hora que las autoridades del Colón tomo cartas en el asunto. A pesar de todo eso, Martha Argerich  está plena y una vez más con ganas de entregarle lo mejor de sí misma al público argentino.   

 

Donato Decina

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