martes, 19 de octubre de 2021

 

NO TODO ESTA PERDIDO

 

“Surdanza Espacio”, Temporada 2021. Apertura del Ciclo “Ci Danza 2021”. Presentación del “Baires Sur Novus Ballet”, Fundadora: María Luján Costa, Directora Artística: Laura Fiorucci. Programa: “Cenicienta (Un Cuento Bailado)”, con música de Serguei Prokofieff. Intérpretes: Melisa Guccione (Cenicienta), Humberto Benítez (El Príncipe), Anastasia Belinco (La Madrastra), Luján Costa (Drisella), Antonella Danese (Anastasia), Martina Casado (El Hada Madrina), Laura Lifschitz (El Ratoncito). Wilde (Buenos Aires) 16 de Octubre de 2021.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  Cuando uno llega a la sede de “Surdanza Espacio”, vienen a la memoria los usos, costumbres y vivencias que nos han inculcado Ntros. mayores. Esto es: a partir de la sede de esta notable institución, ubicada en el nivel superior del edificio que alberga al Club Social Bella Vista de Wilde, uno encuentra que hay clases de danza, canto, música, mientras que en el club se encuentran los deportes con epicentro en el fútbol infantil. Pensemos en una típica familia joven ensamblada con la pareja y sus pequeños hijos y cuantas historias se encuentran en cada barriada de Capital y Gran Buenos Aires en donde surge en la madre la inquietud de ver a su hijita yendo a danza y  al padre acompañar a su varón al partido de fútbol en donde este jugará. En este caso, se da. Llegar a Surdanza y ver a los chicos ya vestidos para entrar a jugar el partido y a las niñas con sus madres esperando para ingresar a ver “Cenicienta”. Circunstancialmente se dio con una de las madres una pequeña charla en la espera del ingreso: “Traigo a la nena a estudiar danza aquí, me enteré de esto y les avisé al resto de las madres del grado. Ya vienen dos compañeritas con sus madres en camino”.  Al ingresar, el control de rigor de temperatura y alcohol en las manos. Una platea bien dispuesta con sillas en pequeños grupos tal como manda el protocolo. En el “avant scene”, las colchonetas de clase pegadas una junto a otra. Las niñas tendrán el privilegio de ubicarse allí. El escenario está hecho en base a  piso de madera, el que ha sido convenientemente resinado para un mejor pisar y desempeño de los bailarines. Miro hacia arriba y hay una parrilla para iluminación importante. De ahí cuelgan los “tachos” de luces que realzarán la puesta. Telón de fondo con una sugerente luna para hacer realidad la noche mágica. Completa el preparativo el comienzo de la música desde un equipo de sonido. Se la escucha muy bien y me hace recordar aquellas funciones del Ballet del Colón en las que los anuncios de cartelera expresaban “Música grabada en cinta magnetofónica”, expresión superada afortunadamente por un enorme salto tecnológico del que somos privilegiados testigos. Los afiches avisan de que la institución ha recibido ayudas del Instituto Nacional del teatro y de la Municipalidad de Avellaneda. El empleo de esas ayudas aquí si está a la vista.

 

  Para esta ocasión, teniendo en cuenta el espacio y las normativas vigentes, el “Baires Sur Novus Ballet”, compañía fundada por María Luján Costa y Dirigida Artísticamente por Laura Fiorucci, coreógrafa Venezolana discípula nada menos que de Vicente Nebrad (además titular del Ballet de la Provincia de Córdoba”), conformó una versión condensada de “Cenicienta” que lleva la estupenda música de Serguei Prokofieff integrada por: la llegada de la invitación al baile a la casa en la que viven Cenicienta, su Madrastra y sus Hermanastras. La pelea por las ropas entre las Hermanastras, Cenicienta y su vestido que es capturado y roto por la Madrastra. La aparición del Hada Madrina y el encantamiento. El  Baile con la aparición del Príncipe, los intentos seducción de la Madrastra y las Hermanastras. La aparición fulgurante de Cenicienta ejerciendo la inmediata atracción del Príncipe. Las famosas 12 campanadas y en este caso la zapatilla que queda en el camino. La búsqueda del Príncipe y los infructuosos intentos de Madrastra y Hermanastras de que la zapatilla calce y, finalmente, Cenicienta que se la calza con el clásico final felíz conocido por todos.  

 

  La acción se desarrolla en un acto y durante los cambios de escena una voz en “off” narraba el libreto de lo que se iba a ver. La puesta es austera, pero muy efectiva, acorde a éste y a los otros espacios en los que la compañía actúa (generalmente salas pequeñas y escenarios no tan amplios), con unos pocos trastos escénicos correctamente seleccionados, vestuario de época muy bien realizado y también dos recursos muy eficaces, el primero un simpático ratoncito ( el que junto a otros integra el original de la historia) al que Laura Lifschitz dio vida aquí, enlace la historia acercando elementos que hacen a la escena y en segundo lugar el que durante la transformación de Cenicienta por el hada madrina, una doble siempre sentada de espaldas aguarda el efecto de la “varita mágica” y ahí intercambia lugar con la ya “embellecida” original. La iluminación estuvo muy bien realizada y ajustada con la escena.

 

  Y en cuanto al desempeño de los bailarines: Antonella Casado como Anastasia y Luján Costa (entiendo que se trata de la fundadora de la Compañía) como Drisella, dieron forma en modo estupendo a las dos Hermanastras. Gracia en los movimientos, brillante actuación mostrando los celos, caprichos y hasta las peleas por la ropa y los hasta ridículos desplazamientos en el baile para seducir al príncipe. Anastasia Belinco cumplió una magnífica labor como la Madrastra con notable actuación y gracia en el baile. Con una gesticulación precisa dio a entender todo sin caer en la crueldad en la que a veces incurre el cuento narrado. Una verdadera revelación lo constituyó la presentación de Martina Casado como el Hada Madrina. Técnica refinada, nobles desplazamientos y gracia escénica. “Physique du Rol” exacto. Y en cuanto a la pareja protagónica, Humberto Martínez fue un muy buen Príncipe. Gracia al actuar, Muy buenos giros dentro de lo que el espacio escénico lo permitió y plena conexión con su compañera, en este caso Melisa Guccione, la que tuvo gracia, encanto y refinamiento, muy buenos giros y sobrios desplazamientos. Aquí cabe consignar también que para esos momentos también desde la escena se comenzaban a batir palmas lo que era continuado por los espectadores motivando aún más a los bailarines durante sus intervenciones de destaque. El dúo entre ambos en la escena del baile marcó el punto más alto de la tarde. El final incluyó una pequeña canción de musical para el saludo de los bailarines y porque no, para que dure el encanto de las niñas del “avant scene” quienes en un perfecto y maravilloso silencio siguieron toda la función.

 

  Pero no solo “Cenicienta”  integra este festival. Diferentes formas de danza, Clásica, moderna, contemporánea y Flamenco conforman la programación que tendrá punto final el próximo Domingo 24. En www.surdanza.com.ar, encontrarán la programación y en el sitio “Alternativa Teatral” pueden adquirir las localidades. La experiencia bien vale la pena un viaje hasta Wilde. Por mi parte después de ver todo este esfuerzo y su resultado final me hace llegar a una conclusión: No todo está perdido.

 

Donato Decina

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