DIGNO FINAL MUSICAL
PARA LAS FIESTAS MAYAS
Orquesta de
Cámara del Congreso de la Nación, Temporada 2024. Concierto: Director:
Sebastiano de Filippi. Solista: Agustina Gabaglio (Clarinete). Programa: Obras
de Alberdi, De Rogatis, Romanelli, Camps y Williams. Salón de los Pasos
Perdidos del Congreso Nacional 27 de Mayo de 2024.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE.
Tuvo lugar una nueva presentación (dentro de su ciclo
regular) de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación en el tradicional
ámbito del Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. En esta
oportunidad, la Orquesta actuó bajo la dirección de su titular, Sebastiano de
Filippi, y la programación estuvo íntegramente compuesta por obras de
compositores nacionales para un concierto denominado “Al Cabildo” en adhesión a
la celebración de un nuevo aniversario de la “Revolución de Mayo de 1810”, sin
por eso olvidar a las otras dos celebraciones que se ensamblan (“Día de la
Escarapela” y “Día del Himno Nacional”), las que así conforman las denominadas
“Fiestas Mayas”. La Orquesta contó con la colaboración de la Asociación
Argentina de Compositores para el armado del concierto.
Siempre es bueno
recordar la veta de compositor de Juan Bautista Alberdi y más aún si llega de
la mano de su composición más emblemática: “Figarillo”, un minué que lleva
dicho título recordando el seudónimo que él mismo utilizaba en sus tiempos de
articulista y que aquí se ofreció en un arreglo de Pedro Logia para Orquesta de
Cuerdas. La versión fue vertida en exacto punto ya que de Filippi logró plasmar
el aire melancólico por el que la página transita.
Un estupendo hallazgo
constituyó el rescate de la “Suite Arabe” de
Pascual de Rogatis, compositor al que mayormente se lo ofrece en
concierto a través de las danzas incluidas en su ópera “Huemac”. Aquí nos encontramos con tres
números: “La Soledad”, de extenso discurso en donde la música alcanza momentos
de suma emotividad. “El Oasis” en el segundo de los números, página de intenso
desarrollo y una vibrante “Danza Arabe” final en donde se animó a incursionar
en los ritmos de medio oriente. Aquí el Director logró extraer todos los
detalles de las páginas con un conjunto muy bien ensamblado que brindó un
sonido sumamente homogéneo, logrando que este trabajo se constituyera en uno de
los puntos más altos de la velada.
En el final de la
primera parte se asistió a la interpretación del “Preludio y Fantasía Andaluza”
del compositor Flavio Romanelli, la que
surgiera a partir del encargo de la propia Orquesta de Cámara del Congreso y en
el que la clarinetista Agustina Gabaglio
fue la solista. Es una obra sumamente interesante cuyos dos movimientos
se interpretan sin solución de continuidad. Una primera parte de corte
introspectivo que da paso luego a un tema de clara esencia española para total
lucimiento de la solista. Agustina Gabaglio fue la intérprete ideal. Alto refinamiento sonoro, absoluta
sensibilidad, muy bien secundada por el Director y los músicos quienes le brindaron un estupendo
acompañamiento. No extrañó que el público que se dio cita en el Salón de los
Pasos Perdidos le tributase un cerrado y sostenido aplauso coronado por el gesto
de De Filippi de levantar en alto la partitura para que sea el compositor el
receptor del tributo.
Ya para la segunda
parte, asistimos a una magnífica versión de “Pórtico, Serenata y Villancico” de
Pompeyo Camps de quién este año se celebra el centenario de su nacimiento.
Discípulo de Jaume Pahissa, autor de Operas como: ”La Hacienda”, “Marathon” y
“La Oscuridad de la Razón” (todas ofrecidas en el Teatro Colón de Buenos
Aires), el Concierto para Flauta y
Orquesta o páginas esencialmente orquestales como “Greenwich 58” o la
chispeante “Ragtime’s Suite” (que le valió un gran reconocimiento del público
en un recordado concierto al aire libre en Barrancas de Belgrano en los albores
de la actual democracia). Crítico de música, ejerció la actividad en los
diarios “La Opinión” y “Clarín” (en este último caso junto a profesionales de
la talla de Napoleón Cabrera y Roque de Pedro). Aquí Camps nos sorprende con un
trabajo de lenguaje tonal con pasajes descriptivos cuyo remate lo constituye un
Villancico inspirado en música de Cataluña. Dio verdadero gusto el poder
escucharlo y la Orquesta lució a pleno bajo la guía precisa y segura del titular.
Cabe destacar la presencia en la sala de las hijas del compositor realzando así
a este merecido homenaje.
Y para cerrar, no
podía estar ausente la música de Don Alberto Williams a través de una magnífica
versión de la “Primera Serie Argentina”, cuatro formas distintas de nuestro
folcklore plasmadas en el pentagrama con extrema sabiduría: “Huella”, “Milonga”
(de corte bien campera”), la celebérrima “Vidalita” (la misma que en la versión
cantada fuera inmortalizada por Beniamino Gigli en su recital de 1952 en el
teatro Gran Rex) y como cierre un “Gato” simpático y divertido. De Filippi
logró aquí una versión sencillamente brillante con una exquisita respuesta del
conjunto, alcanzado instantes de alta emotividad y demostrando su gran
capacidad de trabajo.
Sobresalió en la noche un detalle no menor y fue la decisión
del Director de “rotar” en esta oportunidad a sus dos principales violinistas.
Es así que Catriel Galván (Guía de segundos violines) ocupó el sitial de
concertino y el real titular (Pablo Pereira) lo hizo en la posición de su
compañero. La experiencia fue sumamente buena.
Donato
Decina
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