viernes, 30 de agosto de 2024

 

 

 

ATARDECERES DE BELLEZA VISUAL Y MUSICAL

 

  Teatro Colón, temporada 2024. Conciertos del Salón Dorado. Presentación del Cuarteto de Cuerdas conformado por: Haydee Seibert/Constanza Goldemberg Thiery (Violines), Carla Regio (Viola) y Siro Bellisomi (Violonchelo). Programa: Obras de Mozart y Beethoven. 29 de Agosto de 2024.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  Frente a un atardecer tan pleno de luminosidad, como lo fue el del pasado Jueves 29, resulta imposible no asociarlo tanto a la imponente vista de la caída del sol sobre la copas de los árboles de la Plaza Lavalle, tal como se divisa desde los ventanales del Salón Dorado del Teatro Colón, como a la muy buena música que ofreció a través de sus interpretaciones el Cuarteto de Cuerdas liderado por Haydee Seibert en el transcurso de ese momento de la tarde.   Decir que fueron ofrecidas páginas estupendas como lo  son el Cuarteto Nº 21 en Re mayor con número de catálogo Kv. 575 de Mozart y el Nº 16 en Fa mayor, Op. 135 de Beethoven, los que en ambos casos son obras contundentes en el desarrollo musical como luminosas durante muchos pasajes de las mismas,  nos habla de que pocas veces se pueden encadenar circunstancias tan favorables al disfrute como ocurrió en esta ocasión. Sumado a ello un público formidable, ávido por la escucha, que guardó un impecable silencio a lo largo de las dos obras y que incluso lo extendió durante unos segundos tras las interpretaciones. Imposible pedir más.

 

  La formación presenta un equilibrio que supo mantenerlo a lo largo de todo el concierto. Comenzando por la experiencia y la sabiduría de Haydee Seibert, cultora tanto de este tipo de formaciones como del repertorio para las mismas. Junto a ella,  Constanza Goldemberg Thiery  la cumplimenta perfectamente desde su rol de segundo violín, efectuando una magnífica labor de acople. El sonido de ambas intérpretes fluye limpio y transparente. Desde el sector de las cuerdas más graves, Carla Regio con magnífica técnica aporta desde su viola intervenciones certeras, y como sostén fundamental, un valor de la talla de Siro Bellisomi hace que muchas veces desde su violonchelo se transforme en la columna vertebral tanto del conjunto como de la interpretación. Así se pudo disfrutar de una versión chispeante y dinámica del Cuarteto Nº 21 de Mozart tanto como una vibrante entrega del cuarteto Nº 16 de Beethoven en donde en el tercer movimiento (lento) se pudo percibir el instante de mayor calidad de todo el concierto.     

 

  Dado que en la programación del Salón Dorado se estipula que la duración de los conciertos no debe exceder de una hora, no hubo lugar para más. Transcurrió de tal manera todo que  un gran sector de la concurrencia permanecía sentado en sus lugares tras la finalización a la espera de más. Es un muy buen síntoma. Ojalá que las autoridades designadas le den a las actividades del Salón Dorado su justo lugar y que los artistas puedan desplegar por más tiempo su talento ante el público.

 

  Donato Decina

No hay comentarios:

Publicar un comentario