sábado, 24 de mayo de 2025

 


Momentos decisivos de Don Carlo de Giuseppe Verdi en la Opera Bastille de París


“Don Carlos” en París


Una versión musical estupenda

Graciela Morgenstem

25 de abril de 2025


Opéra National de París


Don Carlo, de Giuseppe Verdi (versión de 1867, en cinco actos).

Libreto: Joseph Mery y Camille Du Locle.

Elenco: Charles Castronovo, Marina Rebeka, Christian Van Horn, Ekaterina Gubanova,

Andrzej Filończyk, Alexander Tsymbalyuk y otros

Coro y Orquesta de l’Opéra national de París

Directora del Coro: Ching-Lien Wu 

Escenografía y vestuario: Małgorzata Szczęśniak

Iluminación: Felice Ross

Régie: Krzysztof Warlikowski 

Directora de orquesta: Simone Young 

Sala: Opéra Bastille


Dentro del marco de una nutrida temporada lírica, l’Opéra National de París presentó

“Don Carlos”, una de las obras cumbres del genio verdiano. La versión aquí ofrecida fue

la francesa (1867), en cinco actos, en la que se incluye la escena de Fontainebleau. La

amistad, la libertad, el amor, la lucha de poderes entre Estado e Iglesia, la Inquisición, la

lealtad, son los temas incluidos en el libreto, detrás del desencuentro amoroso de Carlos,

hijo de Felipe II de España, e Isabel de Valois.


Si bien es una partitura monumental, tal vez una de las más interesantes del repertorio

italiano, es muy difícil en su programación, porque requiere la participación de cinco

cantantes de primera línea, un coro poderoso y un director de orquesta que sea un

verdadero concertador. Y esta representación tuvo todo eso.


El rol protagónico encontró en Charles Castronovo musicalidad considerable, facilidad

para la zona aguda y buen dominio de la mezza voce. Su capacidad de producir tonos

heroicos se puso de manifiesto ya desde los momentos más escabroso de su aria del

primer acto. Realizó una interpretación actoral sentida con medios vocales muy

interesantes.


Sobresaliente fue también el barítono Andrzej Filończyk como su amigo Rodrigo. Con

registro parejo y buen dominio del fraseo, dio convicción y fortaleza a la parte.


Christian Van Horn, bajo barítono de voz bien timbrada, aportó emisión franca y buenos

armónicos. Su Felipe II exhibió poderío y amplitud vocal y en la faz actoral, realizó una

interpretación intensa que expresó totalmente la angustia y al mismo tiempo,

autoritarismo del soberano, especialmente en su aria “Elle ne m’aime pas”.


La soprano Marina Rebeka como Isabel de Valois, fue uno de los puntales del elenco.

Con voz aterciopelada, de bello color, excelente manejo del legato y actuación impecable,

cumplió con creces con todas las exigencias del personaje, especialmente en sus arias y

el dúo final con Carlos.


Ekaterina Gubanova cumplió dignamente con el rol de Eboli. Aunque su voz deja

expuesto el paso del tiempo y su caudal vocal se ve un poco disminuido, sus agudos y

graves suenan firmes y se desenvolvió escénicamente de manera convincente


Alexander Tsymbalyuk como el Gran Inquisidor, mostró rotundez vocal en todas sus

intervenciones, por lo que resultó convincente y actuó con autoridad vocal y escénica..


El resto del elenco tuvo un buen desempeño en los roles comprimarios.

El coro de l’Opéra national de Paris realizó una labor encomiable, bajo la dirección de

Ching-Lien Wu.


En tanto, Simone Young tuvo un vigoroso control de la orquesta de l’Opéra national de

Paris, para plasmar el tumultuoso drama verdiano, resaltando todos los claroscuros de la

partitura y sacando provecho de los mismos, al mismo tiempo que mostró simbiosis con


el palco escénico.


Si bien desde el punto de vista musical, se podría decir que la función se acercó mucho

a la perfección, la puesta en escena, no se condijo con el libreto. La régie de Krzysztof

Warlikowski sitúa la escena en España, en la década de los años 40 a los 50, con lo que

pierde rigor histórico. ¿Qué hacía el Inquisidor ahí? La Inquisición ya no existía en esa

época. El cuadro de Fontainebleau transcurre en una habitación con un caballo de

material plástico blanco casi en el fondo de la escena. La escena de Eboli en el jardín se

ubica en un gimnasio con el coro femenino practicando esgrima. Y así siguen las

incoherencias. De todas maneras, debe decirse que los decorados y vestuario de

Małgorzata Szczęśniak y la iluminación de Felice Ross fueron funcionales a la concepción

de la régie.


Para sintetizar, una obra estupenda en una versión musical magnífica que fue preferible

escuchar antes que ver.


CALIFICACIÓN: MUY BUENO

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