Espléndido recital de Maxime Zecchini en los Conciertos del Mediodía del Mozarteum
CON TODO EL ESPÍRITU Y EL ACENTO FRANCÉS
Martha CORA ELISEHT
El Ciclo Conciertos del Mediodía organizado por el Mozrteum Argentino se
destaca no sólo por la alta calidad de sus intérpretes, sino también por el repertorio que
se ofrece. En esta ocasión, el pasado miércoles 14 del corriente se presentó en la Sala
Argentina del Centro Cultural Palacio Domingo F. Sarmiento el pianista francés
Maxime Zecchini pr brindar un recital compuesto exclusivamente por obras de autores
galos, que se detallan a continuación:
- Gymnopédies I-II- Erik SATIE (1866-1925)
- Improvisación en Si menor: Presto ritmico, FP 63, n°1
- Improvisación en La bemol mayor: Assez animé, FP 63, n°2
- Improvisación en Si menor: Presto très sec, FP 63, n°3- Francis POULENC
(1899-1963)
- Trois gnossiennes- Erik SATIE (1866-1925)
- Romanza sin palabras, Op.17 n°3- Andante moderato en La bemol mayor
- “Libera me”, del Réquiem, Op.46- Gabriel FAURÉ (1845-1924)
- Romance- Germaine TAILLEFERRE (1892-1963)
- “Mon coeur s‘ouvre à ta voix” (transcripción para piano del aria de «SANSÓN Y
DALILA» - Camille SAINT- SAËNS (1835-1921)
- « Clair de lune» de la Suite Bergamasque- Claude DEBUSSY (1862-1916)
- Concierto para piano en Re mayor para la mano izquierda (transcripción para
piano solo de Maxime Zecchini)- Maurice RAVEL (1875-1937)
Nacido en París, Maxime Zecchini es uno de los mejores pianistas galos de la
actualidad, multipremiado y reconocido internacionalmente por la calidad de sus
interpretaciones y sus grabaciones. Asimismo, se desempeña como compositor y ha
participado en colaboración con numerosos artistas dando conciertos y conferencias en
su país natal y por todo el mundo. Abrió el presente recital con una versión muy sutil y
de exquisito gusto de las conocidas Gymnopédies de Erik Satie, compuestas en 1888
cuando se ganaba la vida como pianista de cabaret Chat Noir en Montmartre. El término
deriva de un ritual de origen griego donde los jóvenes bailaban desnudos, aunque Satie
admitió haberlo tomado de una novela de Gustave Flaubert. La primera (Lent et
doloreux) se caracteriza por su armonía simple y ondulante, mientras que la segunda
(Lent et triste) es similar y está escrita en modo dórico. En este caso, el intérprete
respetó las sutilezas de manera admirable y de forma sumamente precisa, al igual que
las tres Improvisaciones FP 63 de Francis Poulenc, donde se destacó por un perfecto
dominio de pasajes, cadencias, trinos y arpegios. Las tres piezas se ejecutaron sin
interrupción y sonó sumamente preciso, al igual que en las celebérrimas Gnossiennes de
Satie, compuestas en 1893 y nominadas de esa manera por la vinculación del
compositor con los círculos gnósticos parisinos, donde se realizaban encuentros de
carácter esotérico. La presente versión se destacó por su perfecto dominio de tempi,
crescendi y diminuendi. Seguidamente, Maxime Zecchini brindó una excelsa versión de
la Romanza sin palabras, Op.17 de Fauré, compuesta como un ejercicio de composición
en homenaje a Mendelssohn a los 18 años mientras estudiaba en la École Niedermeyer
de París. Es un andante moderato en La bemol mayor que sonó de manera exquisita,
mientras que se mostró potente y temperamental en la transcripción para piano del
Libera me de su Réquiem, Op.48, que había compuesto de manera independiente en
1877 y que, posteriormente, la incorporó a ssu célebre misa en 1888, cuando se
desempeñaba como organista de la iglesia de La Madeleine en París.
Germaine Tailleferre fue la única mujer integrante del denominado Grupo de los
Seis y fue una compositora sumamente prolífica. Su pieza para piano Romance data de
1913, cuando contaba sólo con 21 años y era una destacada alumna del Conservatorio
de París. De corte impresionista y estilo romántico tardío, sorprende por su belleza tonal
y la versión ofrecida fue sumamente sutil -una característica del pianista galo que
prevaleció durante todo el recital-. En cambio, la transcripción para piano de la
celebérrima aria de la ópera SANSÓN Y DALILA (Mon coeur s’ouvre à ta voix) sonó
algo excedida en el empleo del pedal al final de los tutti, pero conservando su carácter
romántico. Esta última característica prevaleció en la célebre Claro de Luna de la Suite
Bergamasque de Debussy, compuesta en 1890 con el objetivo de homenajear a los
clavecinistas franceses del siglo XVIII, que sonó romántica y a la vez, profunda.
El recital concluyó con una monumental transcripción para piano solo escrita por el
mismo intérprete del Concierto para la mano izquierda en Re mayor de Ravel,
compuesta entre 1929 y 1931 y dedicada al pianista austríaco Paul Wittgenstein, quien
había perdido su brazo derecho sirviendo como combatiente durante la Primer Guerra
Mundial y solicitaba que le compusieran concierto para la mano izquierda. De
inmediato, Ravel compuso este célebre concierto en un solo movimiento, pero
siguiendo la estructura clásica de los tres movimientos de un concierto para dicho
instrumento. El comienzo es sombrío, pero culmina con un final brillante, donde el
genio de Ciboure explora todos los matices del piano exclusivamente para la main
gauche, con pasajes de gran virtuosismo. Si bien a Wittgenstein no le agradó cuando lo
estrenó en Viena ni a Ravel cuando lo dirigió en París, la obra se transformó en uno de
los principales conciertos para piano compuestos durante el siglo XX y en una pieza de
repertorio para un virtuoso. En el caso particular de Zecchini, es un experto en el
repertorio para la mano izquierda y, por lo tanto, posee una pulsación y una digitación
asombrosas, motivo por lo cual el auditorio que se dio cita en la Sala Argentina estlló
unánimemente en aplausos y vítores, que obligaron a que el pianista francés -quien se
dirigió al público en correcto castellano leyendo el texto desde su celular- a hacer dos
bises sobre temas populares: La Vie en Rose, de Edith Piaf y Louis Guglielmi y
Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez y Félix Luna, que sonaron magistrales. El público
aplaudió unánimemente de pie y Zecchini se ganó el corazón y el cariño del público
argentino. Ojalá que regrese pronto por estos pagos y que se lo pueda apreciar en el
ámbito de una gran sala de conciertos, porque es un intérprete eximio de la música de su
país.
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