Concierto de Javier
Camarena (tenor)
Alyson Rosales (soprano –
Angel Rodriguez (piano)
Teatro Colon 30/07/2022
En un concierto
inesperado, ya que no había sido programado al anunciarse el año anterior la
presente temporada, el Teatro Colon ofreció un recital de un muy destacado
cantante de la actualidad; el tenor Javier Camarena. Camarena, (ya conocido por
el público del Colon por ese magnífico concierto que ofreció en 2017), viene también a presentarse en la nueva
producción de L’elisir d’amore, de Donizetti, que subirá a escena la próxima
semana.
La voz de los cantantes
líricos va madurando y por ende, cambiando a lo largo de sus carreras. Debido a
esa natural e inevitable maduración de la voz, el cantante va adaptando
necesariamente su repertorio y su técnica a las nuevas circunstancias que ese
cambio natural le impone. No se canta
igual cuando se tiene veinte años, que a los treinta o a los cuarenta y es por
eso, que cuando se llega a esos momentos de adaptación a una nueva vocalidad hay
que ir probando el nuevo repertorio hasta alcanzar la maduración plena, la
comodidad necesaria para abordarlo y una nueva “memoria muscular” para sostener
la técnica.
Javier Camarena está en
ese proceso, por lo que se explica la naturaleza del programa elegido. Ya está
dejando de ser el tenor ligero, o “tenor de gracia”, como se solía llamar a su
tipo de voz en algún momento, para convertirse en un tenor lírico.
Si bien conserva esos
brillantes y fáciles agudos, y esa estupenda línea de canto belcantista con la
que nos conquistó en 2017, su centro está tomando otra consistencia que lo
lleva a pasar a un registro de tenor lírico neto. Es por todo esto, que se
justifica que haya incluido en este concierto, arias como la de I Lombardi,
Manon y Boheme que apuntan hacia ese
nuevo horizonte que se le aproxima. Su mayor lucimiento en esta noche, sin
embargo, fueron el aria de Tebaldo, de I Capuleti e i Montecchi, de Bellini (que no se escuchaba en el Colon desde 1971, interpretada por Umberto Grilli,
en ocasión de la representación de esa opera, que protagonizaron Renata Scotto
y Renzo Casellato), y Spirto gentil, de la Favorita.
La calidad de su canto,
la entrega en el decir, y su estupenda musicalidad, son cualidades constantes
que no se pierden y hacen de Javier Camarena el gran artista que es. Y es en
ese contexto, sumado a que se encuentra plenamente abocado a los ensayos de
L’elisir, que estrena en pocos días, que se justifica plenamente que en los
bises no haya cantado algunos de sus “caballitos de batalla”, como la famosa
aria de Tonio de La fille du regiment, que parte del público le reclamaba. En
cambio, interpretó canciones populares con muy buen gusto, y que por otra
parte, no son ninguna novedad ya que lo ha hecho a lo largo de toda su carrera.
Conocimos a una nueva
soprano; Alyson Rosales, que comienza su camino artístico, y como premio de un
concurso, Camarena le ofreció la oportunidad de presentarse junto a él en este
concierto. Rosales tiene una agradable voz de soprano lírica, robusta y de buen
volumen que lució principalmente en el “Si, mi chiamano Mimi”. Cantó
correctamente “Eccomi in lieta vesta” de Capuleti, pero el “Aria del veneno”,
de Romeo y Julieta de Gounod no fue tan bien servida. Esta es un aria difícil,
que solía cortarse en las representaciones de esta opera en otras épocas, y
requiere una madurez vocal e interpretativa más relevante a la que la
promisoria soprano ha alcanzado hasta ahora.
Muy buen acompañante el
pianista Angel Rodriguez, que interpretó una versión para piano solo de la
Habanera de Carmen, con arreglos propios, que no aportó nada, pero demostró su
calidad de ejecutante.
En resumen; un buen concierto con un gran tenor
adaptándose bien a sus nuevas circunstancias con una soprano que promete, pero
que debería elegir con más cuidado alguna de las arias a interpretar.
Párrafo aparte para los
aplaudidores a destiempo de siempre, que ni siquiera conocen cuanto termina el
dúo “O soave fanciulla”.
Peor aún el papelón de
tener al tenor sobre el escenario, dispuesto a comenzar la segunda parte del
concierto, esperando que un público irrespetuoso reingrese a la sala. Cosas jamás
vistas en el Colon, y que forman parte de esta degradación cultural que estamos
padeciendo.
Roberto Falcone
No hay comentarios:
Publicar un comentario