Espectacular concierto de Josep
Vincent al frente de la Filarmónica en el Colón
GRACIA,
SALERO Y ACERBO ESPAÑOL PARA TODOS LOS GUSTOS
Martha
CORA ELISEHT
Debido
a una superposición en la programación del Teatro Colón, el concierto
correspondiente al Ciclo de Abono de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires
(OFBA) tuvo lugar el pasado sábado 16 del corriente en vez del viernes 15. Si
se tiene en cuenta que la jornada coincidió justo con el inicio de las
vacaciones de invierno, fue muy provechoso para la Filarmónica, ya que contó
con numeroso público que prácticamente agotó las localidades de pie en Paraíso,
Tertulia y Cazuela para escuchar al director catalán Josep Vincent, quien junto
al pianista Jean Louis Steuerman y la mezzosoprano Adriana Mastrángelo interpretaron
las siguientes obras:
-
Danza española n°1 de
“LA VIDA BREVE”- Manuel de FALLA
(1876-1946)
-
Fantasía “Tarumá” para
piano y orquesta- Joaõ Guilherme RIPPER
(1959)
-
“El sombrero de tres
picos”- Manuel de FALLA (1876-1946)
Independientemente
de contar con la presencia de los principales solistas de las diferentes
secciones de instrumentos, la Filarmónica presentó un sonido compacto desde su
afinación, lo que garantiza de antemano un importante porcentaje del éxito de
un concierto. Además, contó con su orgánico prácticamente completo para
encausar las obras comprendidas en el repertorio. Se cumplió lo expresado
anteriormente desde los primeros compases del celebérrimo vals de LA VIDA
BREVE, el primero de los grandes éxitos en la talentosa carrera de Manuel
de Falla, estrenado en Niza en 1913 y que contó con un suceso rotundo desde el
mismo. El director catalán puso de manifiesto los atributos descriptos en el
título de la presente nota para hacer su debut sobre el escenario del Colón y
resultó ser una de las mejores interpretaciones de tan consabida obra. Su
marcación y las entradas fueron muy precisas y contagió su entusiasmo a los
músicos. Esto permitió que los principales solistas se lucieran en sus
respectivos instrumentos -muy buenas actuaciones de Sebastián Tozzola en
clarinete bajo y de toda la percusión en general, con la participación de Juan
Ringer en timbales, Abril Delgado en bombo y Ángel Frette en placas y
castañuelas-, logrando ese sonido y ritmo típicamente español.
El
compositor brasileño Joaõ Guilherme Ripper compuso la Fantasía Tarumá tras
conocer la laguna de dicho nombre (remanso del río Negro, afluente del
Amazonas) en 2018, tras el estreno de una de sus obras en Manaos. Fue compuesta
en 2018 por encargo de la Orquesta Filarmónica de Goiás y es una fantasía
sinfónica con cierto aire de rapsodia en estilo neorromántico, de bella línea
melódica, donde el piano presenta una serie de cadencias que conjugan ritmos
folklóricos brasileños con melodías contemporáneas. Posee un bello solo de
clarinete que da paso al solo de piano central antes de culminar con un tutti
orquestal en acorde fff fortissimo. Fue estrenada en 2018 por la
Filarmónica de Goiás bajo la dirección de Neil Thompson y la participación de
Jean Louis Steuerman como solista. El pianista brasileño ha actuado en
numerosas oportunidades sobre el escenario del Colón y quizás ésta fue su mejor
interpretación, logrando un sonido prolijo, compacto y parejo. Vincent ofreció
una gran versión de esta hermosa obra -en calidad de estreno local-, donde hubo
una muy buena amalgama sonora entre orquesta y solista. El solo de clarinete
estuvo a cargo de Matías Tchicouret, quien se lució en su interpretación.
Hacía
mucho tiempo que no se ofrecía una versión integral de El Sombrero de Tres
Picos en el Colón, y mucho menos con las arias cantadas. Quien escribe
recuerda la monumental actuación de Ángel Pericet junto a sus hermanas
-Carmencita y Amparo- sobre el escenario del Colón en 1987, quien trajo a su
compañía de danza con cantaores flamencos para el cantejondo de
la introducción. En este caso, fueron los músicos de la Filarmónica quienes
batieron palmas para acompañar a Adriana Mastrángelo junto a los consabidos “Arza!”
y “Olé!” bajo la marcación del director. Una versión exquisita,
caracterizada por las andanzas entre La Molinera y el Corregidor -título
original de la obra, que dio origen al ballet- pero además permitió el completo
lucimiento de la orquesta. Vincent hizo “cantar” a la Filarmónica, que sonó
como una auténtica orquesta española, con brillo y altísima calidad sonora. Los
solos de fagot a cargo de Gabriel La Rocca estuvieron perfectos, con una sublime pulcritud de sonido, al igual que el
resto de los solistas de diferentes instrumentos. La voz de Adriana Mastrángelo
sonó fuera de escena en la segunda aria previamente a la Danza del
Corregidor, logrando un sonido típicamente hispano. La apoteosis llegó con
la célebre farruca (Danza final), donde la entrega de la Filarmónica fue
total. El público deliró y estalló en numerosos aplausos y vítores hacia el
final del concierto.
No
sólo fue una auténtica fiesta para los oídos de la numerosa concurrencia que se
dio cita el sábado por la noche, sino también uno de los mejores conciertos de
la Filarmónica en lo que va del año. Un director de raza y fuste, que resultó
ser una de las grandes revelaciones del año merced a su talento e imprimió el
típico sello español -gracia y salero- al repertorio para un final brillante.
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