sábado, 19 de octubre de 2019




ESTUPENDAS OBRAS, ESTUPENDOS SOLISTAS Y UNA SOLIDA LABOR DE PABLO BOGGIANO

Orquestaa Sinfónica Nacional, Temporada 2019, Director: Pablo Boggiano. Solistas: Eduardo Vasallo, Jorge Pérez Tedesco, José Antonio Araujo (Violonchelos) y Daniel Binelli (Bandoneón).Programa: Obras de Fabián Pérez Tedesco, Daniel Binelli y Bela Bartok. CCK-Auditorio Nacional, 18 de Octubre de 2019

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.

  A la memoria de Julio Palacio, gracias a quién conocí la música de Bela Bartok.

  Esta velada fue programada con sumo criterio, ya que el epicentro lo marcó la presencia de tres composiciones que tuvieron en común el poseer matriz de raigambre folcklorica.  Desde “Exodus” para tres cellos y orquesta de Fabián Pérez Tedesco , que contiene atmosferas de cuño nacional en varios de sus pasajes, pasando por “Encuentros” de Daniel Binelli con su extraordinaria visión en tiempos de tango y candombe y, lógicamente, el bien conocido “Concierto para Orquesta” de Bela Bartok y su estupenda carga de nacionalismo. El hilo conductor de las tres obras fue la sabia guía de Pablo Boggiano, a quien lo vemos superándose cada vez más en la dirección orquestal,  al frente de una Sinfónica Nacional que no deja de sorprender en cada presentación. Como viene ocurriendo desde mucho tiempo a esta parte (lamentablemente), los maestros delegados de la orquesta se dirigieron una vez más al público para explicar que no han sido satisfechos aún  los reclamos de larga data que mencionamos columna a columna cuando de la Sinfónica nos referimos.  En esta oportunidad, la agrupación no dejó de señalar que ante declaraciones del Secretario de Gobierno de Cultura, Pablo Avelluto, en el sentido de poseer fortaleza para encarar conflictos, se lo invitaba a resolver éste de manera perentoria y más aún cuando como es sabido, la Sinfónica Nacional acaba de obtener de manera harto merecida el premio de Platino otorgado por la Fundación Konex a la mejor Orquesta Sinfónica Argentina de la década. Más allá de los sostenidos aplausos de apoyo por parte de la concurrencia, lo escuchado a posteriori no deja duda alguna de la justicia del galardón.  No puedo dejar de señalar que cada vez que concurro a escuchar a la agrupación veo caras jóvenes nuevas en sus atriles, producto del éxodo que se está produciendo ante la falta de respuestas a la recomposición salarial y a la no titularización de cargos concursados que se hallan vacantes. Sin embargo, con el apoyo de los mayores que aún permanecen en el conjunto y de los Directores convocados los que a sabiendas de la situación le ponen el hombro, se los ve tocar con un tesón y un fervor que hace que las versiones que se escuchan concierto a concierto tengan una calidad incomparable.

  Comencemos entonces por “Exodus”. Conocí a Fabián Pérez Tedesco  cuando los inolvidables concursos abiertos en el Teatro Colón de finales de 1983 lo situaron como timabalista titular de la Orquesta Estable acompañando al entrañable León “Pocho” Jacobson. Decidió como muchos otros emigrar al viejo continente unos pocos años  antes de que llegara la debacle de 1989. Ahora pasamos a conocerlo en su faceta de compositor. No cabe duda de que esta obra está pensada en su hermano Jorge, violonchelo solista de la Sinfónica, el que estuvo acompañado por dos de sus antiguos compañeros en la Orquesta: José Antonio Araujo (recientemente emigrado a la Filarmónica de Buenos Aires) y el notable Eduardo Vasallo , quien de muy joven ocupó la misma posición en la Nacional, emigró a Europa y se estableció en Birmingham como solista de la sinfónica de esa ciudad tras un concurso presidido por su entonces titular, Sir Simon Rattle. Encontramos aquí un trabajo de neto estilo minimalista, con tres solistas que realizan cun “canon” ante cada melodía que va  desarrollándose de modo paulatino. Vamos percibiendo desde una atmósfera local a alguna cita, en este caso percibí (no hay nota alguna en los programas de mano) el anagrama en alemán de las iniciales de Dimitri Shostakovich  y si la memoria no me traiciona, el compositor estuvo en la vieja Unión Sovietica en la pre-caída del Muro de Berlín (como ocurriera también con Gustavo Plis-Steremberg). La Orquesta da un marco soporte al desarrollo que efectúan tres solistas y estos tuvieron notables intervenciones desde, el refinamiento increíble de Vasallo, pasando por la solidez de Jorge Pérez Tedesco y la frescura de Araujo. Boggiano obtuvo de la orquesta un sonido sin fisuras y la obra fue muy bien recibida por el público.

  “Encuentros” es el título de este trabajo que Daniel Binelli  compuso por encargo de la sinfónica alemana de Westfalen en 2017. En una de sus interpretaciones fue escuchada por Eduardo Vasallo quién le manifestó su deseo de hacerla junto al compositor y solista. Apoyándome en las manifestaciones hechas por Binelli en un reportaje que le concediera al matutino “Clarín”, la obra está planteada en tres movimientos, el primero de raigambre tanguera muy vivaz con una extensa cadencia que permitió el lucimiento de Vasallo con un bellísimo  sonido . Un extenso “Adagio” en el que también intervienen sectores de la orquesta , el que también lleva a una atmósfera de marcada intimidad y en donde aquí el bandoneón se muestra en un segundo plano y un cierre  en tiempo de candombe rioplatense en donde ahora sí el “fueye” recupera presencia y en un contrapunto con el violoncheclo elevan a la composición a niveles extraordinarios. La faena entre ambos fue estupenda y la conexión con Boggiano y la Orquesta aceitada hasta el mínimo detalle. Los sectores de vientos y metales tuvieron ajustadas y acertadas intervenciones y las arpas aportaron la cuota de belleza sonora. Tras un par de salidas de saludo, la dupla solista se “floreó” en una exquisita versión de “Triunfal” de Astor Piazzolla, en donde el entendimiento mutuo fue la constante.  Binelli nos muestra su personalidad en esta partitura, no cae en ningún momento en lugares comunes y le aporta su solidez como compositor. Sería bienvenido escuchar nuevos trabajos suyos tanto como esperamos la vuelta de Vasallo  para apreciarlo en alguna obra consagrada del repertorio violonchelístico.

  El final nos mostró a Boggiano entregando la que considero la mejor versión que una Orquesta Argentina haya efectuado del “Concierto para Orquesta” de Bela Bartok. Tuvo todo, “tempi” ajustado, canto orquestal (el segundo movimiento fue la prueba más elocuente), amalgama sonora, mano precisa y respuestas extraordinarias de todos los sectores de la Orquesta. Vale la pena que lo reitere, aún con cambios de atriles  la Nacional se supera en cada presentación con los desafíos más increíbles (Semana pasada “El Pájaro de Fuego”, ahora Bartok y la semana próxima el estreno de “Nagasaki” de Alfred Schnitke). Súmese la presenciade nuestras jóvenes y más promisorias batutas ( Anteriormente Sardella, hoy Boggiano, la próxima semana retorna Mariano Chiacchiarini). Aún en la adversidad, el ciclo es formidable.

Donato Decina

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