domingo, 20 de octubre de 2019


Excepcional versión de “NOCHE TRANSFIGURADA” a cargo de Pedro I. Calderón en el Museo Rómulo Raggio

UNA NOCHE PARA RECORDAR
Martha CORA ELISEHT

            El título de esta nota no pretende ser la paráfrasis de una famosa película inglesa de 1959 sobre el naufragio del Titanic (“A NIGHT TO REMEMBER”), sino el recuerdo de una noche maravillosa que tuvo lugar el pasado sábado 19 del corriente en el Museo de la Fundación Rómulo Raggio de Vicente López dentro del Ciclo de Música de Cámara organizado por dicha entidad, donde el Cuarteto de Amigos se transformó en un sexteto, con la presencia del cellista Siro Bellisomi y los violistas Carla Regio y Eliseo Oreste como músicos invitados–quienes reemplazaron a su colega Elizabeth Ridolfi por compromisos artísticos- y bajo la impecable dirección de Pedro Ignacio Calderón interpretaron las siguientes obras: Segundo movimiento (Andante ma moderato) del Sexteto para cuerdas n°1,Op.18 de Johannes Brahms (1833-1897) y Noche Transfigurada (Verklärte Nacht), Op.4 para sexteto de cuerdas de Arnold Schönberg (1874-1951).
            El mencionado Ciclo de Música de Cámara ofrece conciertos de excelente calidad, donde se invita a prestigiosos grupos y solistas a presentar sus obras. Bajo la dirección de Haydée Seibert, se extiende de Abril a Noviembre en la sede del citado museo los segundos sábados de cada mes. En este caso, tuvo que postergarse por las inclemencias climáticas que tuvieron lugar el fin de semana próximo pasado.
            Debido a que el programa radial se emite en vivo desde el Museo, previamente al concierto una puede escuchar a los músicos ensayando y haciendo los últimos ajustes antes de salir al escenario. Y ya desde el ensayo se escuchaba un sonido puro, compacto, rico en matices de ambas obras. Además, hubo un valor agregado: el hecho de apagar las luces para ambientar el auditorio y lograr un clima ideal para la interpretación de la segunda obra.
            Johannes Brahms compuso dos Sextetos para cuerdas, de los cuales, el primero es el más conocido y fue compuesto en 1860, cuando el músico estaba al servicio de la corte de Detmold. El 2° movimiento de este Sexteto (Andante, ma moderato) fue utilizado como música de varias películas (Les Amants, de Louis Mallé y La Lección de Piano). Escrito en la tonalidad de Re menor, es una variación para dos violines, dos violas y dos cellos. Comienza con un vibrante solo de cello, al cual prosiguen las violas y los violines en contrapunto en una melodía de singular belleza y línea armónica. El Cuarteto de Amigos junto a los instrumentistas invitados logró una versión caracterizada por un sonido compacto, equilibrado, redondo y puro. Si bien todos y cada uno de los músicos brindaron una interpretación magistral, se destacaron en la presente versión la cellista Myriam Santucci y la violista Carla Regio.
            NOCHE TRANSFIGURADA (Verklärte Nacht) fue compuesta por Schönberg en 1899 como sexteto para cuerdas (dos violines, dos violas y dos cellos) y representa una obra “bisagra” entre el post romanticismo alemán de Wagner y Brahms y el dodecafonismo vienés (estilo de composición que rompe con los cánones tradicionales, del cual Schönberg es considerado el padre del mismo). Posteriormente, realiza una transcripción para orquesta de cuerdas en 1917, que es la más popular y difundida. Está basada en el poema homónimo de Richard Dehmel y dedicada a Mathilde von Zemlinsky (esposa del compositor) y posee un único movimiento, dividido en 5 secciones –acorde a las estrofas que componen el poema-. El argumento describe a una pareja que, durante una noche de luna, la mujer le revela a su amante un terrible secreto: está embarazada de otro hombre. En la composición, los sentimientos y emociones de los protagonistas pueden dividirse en 3 secciones: el inicio en tono menor, caracterizado por la tristeza de la mujer; un interludio neutral, para luego desembocar en un final en tono mayor, donde el hombre acepta y perdona a la mujer. (O sieh, wie klar das Welttall schimmert! Es iste in Glanz un Alles her! ¡Mira cuán claro reluce el Universo! ¡Hay un brillo sobre todo!). Desde el punto de vista musical, cada una de las secciones constituye una auténtica metamorfosis de la narrativa y representa el primer ejemplo de música programática escrita para sexteto de cuerdas. La versión ofrecida constituyó un monumento a la exquisitez y el buen gusto, donde cada uno de los intérpretes ejecutó su parte de manera impecable. Unido esto a la magnífica dirección de Pedro Ignacio Calderón, fue una interpretación excelsa y de enorme jerarquía. Tanto Myriam Santucci como Siro Bellisomi demostraron por qué son solistas de sus instrumentos en las orquestas donde actúan -Sinfónica Nacional y del Teatro Argentino de La Plata, respectivamente- y ambos se lucieron en sus solos. Pero la revelación de la noche fue –sin dudas- la joven violista Carla Regio, quien ofreció un solo de viola magistral, logrando un sonido prístino a ese maravilloso instrumento. El contrapunto de las violas con los dos violines –Haydée Seibert y Gustavo Mulé- sonó de forma sublime e imponente. Todos los instrumentistas poseen un magnífico fraseo  y hacia el final, Gustavo Mulé se lució en los acordes en  cascada, mientras que Eliseo Oreste lo acompañó en pizzicato. Hacia el final, la melodía se evanesce hasta que la última nota queda suspendida por parte del primer violín (Haydée Seibert). El público estalló en un vitoreo y aplauso unánime, que obligó al sexteto a bisar los últimos compases de la misma.
            Es un auténtico placer escuchar las obras en sus versiones originales, y más aún, con intérpretes de jerarquía y bajo una dirección soberbia. El resultado es una combinación perfecta para coronar un ciclo exitoso, en una noche para recordar en presencia de la maravillosa compañía de la música.

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