viernes, 25 de julio de 2025

 Muy buena actuación del Coro Polifónico junto a artistas de otras disciplinas en el

Palacio Sarmiento


UNA PROPUESTA INNOVADORA, PLURAL E INTERESANTE

Martha CORA ELISEHT


La historia y la vida del pueblo gitano han sido siempre motivo y fuente de

inspiración de numerosos artistas, tanto escritores como poetas y compositores. Esto

motivó a la Dirección Nacional de Elencos Estables a organizar un espectáculo que

reúne diferentes disciplinas (canto, danza, música y actuación) denominado “POR

PATRIA, EL UNIVERSO” basado en obras donde los gitanos son protagonistas, que

tuvo lugar en el Auditorio Nacional del Palacio Domingo F. Sarmiento el pasado

miércoles 23 del corriente, que contó con la dirección musical de Fernando Tomé y la

participación de los siguientes artistas: Juan Gil Navarro (actor), Claudio Santoro y

Lorena Eckell (piano); Néstor Spada, Yanina Martínez, Naty López y La Ruví

(bailarines), el Coro Polifónico Nacional y el Coro Nacional de Niños, dirigidos por

Fernando Tomé y María Isabel Sanz respectivamente, más la presencia de los siguientes

solistas: Dolores Ibarra (soprano), Laura Domínguez y María Luisa Merino Ronda

(mezzosopranos), Sebastián Russo y Norberto Miranda (tenores) y Marcelo Iglesias

Reynes (barítono). La puesta en escena y dramaturgia estuvieron a cargo de María

Concepción y María de la Paz Perré sobre el Romancero Gitano de Federico García

Lorca.

El programa comprendió las siguientes obras:

- Zigeunerleben (Vida de Gitano), Op.29, n°3, para coro y piano- Robert

SCHUMANN (1810-1856)

- “Los gitanos comen queso” (coro de niños y piano)- Zoltan KÓDALY (1882-

1967)

- Danzas húngaras n°1, n°3 y n°5 (para piano a 4 manos)- Johannes BRAHMS

(1833-1897)

- Coro inicial de gitanos de “ALEKO”- Sergei RACHMANINOV (1873-1943)

Coro de gitanos y toreros del 3° acto de “LA TRAVIATA”- Giuseppe VERDI

(1813-1901)

- Coro de gitanos de “IL TROVATORE”- Giuseppe VERDI (1813-1901)


Ante una sala prácticamente colmada de público -dentro del cual hubo muchos

chicos, con motivo de ser un espectáculo gratuito para toda la familia ofrecido en

vacaciones de invierno-, el Coro Polifónico Nacional hizo su presentación acompañado

por el pianista Claudio Santoro y su director -Fernando Tomé- para brindar una muy

buen versión de Vida de Gitano, Op.29 n°3 de Schumann, donde la coreuta Laura

Delogu se lució en los toques de instrumentos de percusión tales como la pandereta y el

triángulo para que las melodías tuvieran ese toque gipsy. Es un ciclo de 11 canciones

compuestas en 1840 para coro y piano sobre textos de E. Geibel, donde Juan Gil


Navarro recitó un parlamento entre cada una de las melodías (¡Eh, gitano! Pulsa las

cuerdas/ Rema, torrente/ ¿Saben cuándo mi niña es hermosa? / Dios mío, tú sabes/ Un

joven moreno me invita a bailar/ Tres rositas en fila/ A veces, piensas/ Oye al viento

quejarse en las ramas/ Nadie a mi alrededor me tiene en cuenta/ La luna oculta su

rostro/ Pasan rojas nubes antes del atardecer). El coro estuvo muy bien preparado, con

un perfecto equilibrio entre las cuatro voces y poniendo énfasis en los matices de las

melodías más románticas y dramáticas. Por otra parte, Juan Gil Navarro también

permitió que entraran los bailarines en ciertos y determinados momentos para ilustrar el

ciclo de canciones. El acompañamiento al piano de Claudio Santoro fue magistral y la

versión fue muy bien recibida por el público.

Seguidamente, el Coro Nacional de Niños ofreció una interpretación impecable

de una obra sumamente difícil como Los gitanos comen queso de Kódaly. No sólo

descolló por el equilibrio perfecto de las voces, sino también por la estupenda dirección

de María Isabel Sanz, quien una vez más demostró su maestría al frente de la

agrupación, que se retiró sumamente aplaudida y vitoreada por el público. Luego,

Claudio Santoro y Lorena Eckell brindaron una selección de las célebres Danzas

Húngaras de Brahms (n°1 en Sol menor, n°3 en Fa mayor y n°5 en Fa sostenido menor)

para piano a 4 manos. Cuando el genio de Hamburgo las compuso entre 1869 y 1879, su

versión original era para piano a 4 manos y, posteriormente, algunas se orquestaron

(n°4, 5, 6 y 10) mientras que las 10 últimas fueron transcriptas solamente para piano y

hubo un cambio de tonalidad en la orquestación respecto de la tonalidad original para

piano -en el caso particular de la célebre n°5, la versión orquestal es el Sol menor-. Por

tratarse de melodías tan célebres, el público las reconoció y las recibió de muy buen

grado coronando con numerosos aplausos la labor de ambos intérpretes.

A continuación, Juan Gil Navarro puso su voz entonando poemas del

Romancero Gitano de Federico García Lorca para permitir la entrada de Claudio

Santoro y Fernando Tomé para iniciar la segunda parte del concierto con el coro inicial

de los gitanos de la ópera ALEKO, compuesta en 1892 como ejercicio final de

graduación en el Conservatorio de Moscú con libreto de Vladimir Nemirovich-

Dánchenko. Basada en el poema Los gitanos de Alexander Pushkin, es la primera de

los tres aportes que Rachmaninov hizo a la lírica y se estrenó con gran éxito en Moscú

en 1893. Pese a que se representa escasamente, la melodía es bellísima y la parte del

coro es un canon iniciado por las voces femeninas – sopranos y contraltos- que luego,

es repicado por las masculinas -barítonos y tenores-. En la presente versión, hubo un

muy buen equilibrio vocal y una perfecta marcación por parte del director, con un gran

acompañamiento por parte del pianista. El público estalló en aplausos tras su

interpretación.

Posteriormente, los bailarines flamencos entraron al ritmo de las sevillanas para

introducir al público en la siguiente obra: una selección de fragmentos de CARMEN de

Bizet, con los siguientes solistas: María Luisa Merino Ronda (Carmen), Sebastián

Russo (Don José), Dolores Ibarra (Frasquita), Laura Domínguez (Mercedes), Marcelo

Iglesias Reynes (El Dancairo) y Norberto Miranda (El Remendao). Se comenzó con el

célebre coro de los contrabandistas del 3° acto, seguido por la consabida Habanera,

donde la mezzosoprano hizo juego de seducción junto al resto de los solistas y los

bailarines. Se la apreció muy bien en los agudos, pero no tanto en las notas más graves.


En cambio, en el aria final del 2° acto (“Là- bas, là- bas sûr la montagne”) se la pudo

escuchar en toda su plenitud. Excelente desempeño de Sebastián Russo como Don José,

con un perfecto acompañamiento del resto de las voces solistas y el coro, mientras Juan

Gil Navarro y el conjunto de bailarines encabezados por Néstor Spada proporcionaron

salero y color al espectáculo. Con una perfecta dramaturgia a cargo de las hermanas

María Concepción y María de la Paz Perré, los artistas brillaron sobre el escenario del

Auditorio Nacional. Sólo permanecieron sobre el escenario Laura Domínguez y

Marcelo Iglesias Reynes para encarnar a Flora y al Marqués en el Coro de las gitanas y

los Toreros del 3° acto de LA TRAVIATA, donde el Polifónico tuvo un perfecto

desempeño bajo la dirección de Fernando Tomé y el acompañamiento al piano de

Claudio Santoro. Independientemente de la actuación de Laura Delogu como

percusionista, las bailarinas brindaron los golpes de percusión con el zapateo. Néstor

Spada se lució como el torero Piquillo con una coreografía de baile flamenco. Alumno

de José Zartmann -a quien una supo apreciar sobre el escenario del Colón junto al

inolvidable Ángel Pericet y sus hermanas-, hizo honor a las enseñanzas de su maestro y

estuvo muy bien acompañado por las bailarinas. Para cerrar la presente función, se

eligió el celebérrimo Coro de los Gitanos que abre el 2° acto de IL TROVATORE, de

Verdi, donde los bailarines marcaron los golpes de percusión con las castañuelas y el

zapateo. La interpretación del Polifónico fue magistral y Laura Delogu volvió a lucirse

con los golpes de triángulo y los clásicos yunques característicos de este famoso

segmento de la ópera. El público deliró hasta tal punto, que hubo que bisarlo luego de

su interpretación. Aquí, Fernando Tomé invitó a participar al público con palmas en los

golpes de yunques. Luego del bis, todos los artistas se retiraron ovacionados en medio

de un sinfín de aplausos y vítores.

No sólo ha sido una propuesta innovadora, multidisciplinaria e interesante, sino

también un espectáculo de muy alto nivel. Si bien no ha sido un concierto didáctico,

actuó como si lo fuera y esto es sumamente importante a la hora de formar nuevos

públicos. En el caso particular de los chicos, un concierto temático y una invitación

entretenida -e inteligente- para acercarlos tanto al mundo de la ópera como de la música

clásica.

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