MEJOR HOMENAJE
MUSICAL A LA PATRIA, IMPOSIBLE
Orquesta
Sinfónica Nacional Juvenil “Libertador General San Martín”, Temporada 2022.
Concierto de homenaje al 212º aniversario de la Revolución del 25 de Mayo de
1810. Director: Francisco Varela. Solista: Antonio Formaro (Piano), Violín y
Comentarios: Sebastián Masci. Programa: Obras de Williams, Luzzatti, Casella y
Gilardi. Centro Cultural Kirchner, Auditorio Nacional.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO
Ante una
nutrida concurrencia que desafió el fuerte cambio de clima desatado en la
madrugada previa, la Sinfónica Nacional Juvenil “Libertador General San Martín”
rindió homenaje en su día a un nuevo aniversario de la gesta de Mayo de 1810.
Esta velada tuvo el valor agregado de contar con un repertorio conformado por
obras de creadores argentinos tanto como de extranjeros que definitivamente se
asentaron en la República Argentina, en donde devolvieron con creces la posibilidad
de desarrollo personal que el país les brindó.
La conducción de la orquesta fue confiada en
esta oportunidad al Maestro Francisco Varela quien ocupa el cargo de Director
Asistente del fundador y titular del conjunto, Mario Benzecry. También actuó como comentarista el Mtro.
Sebastián Masci el que además de integrar el Cuarteto Gianneo y la fila de
primeros violines de la Filarmónica de Buenos Aires es solista, comentarista, conductor radial, docente e investigador. A El
le cupo la responsabilidad de orientar al público acerca de las obras que
habrían de escucharse y lo hizo con palabras simples, entendibles, allanando el
camino para una perfecta audición de parte del público.
La primera parte del concierto estuvo
reservada a un argentino: Alberto Williams y a un compositor italiano de nacimiento,
pero que venido a la Argentina para ocupar cargo en el Teatro Colón echó raíces
definitivas entre Ntros.: Arturo Luzzatti. Del primero pudo escucharse en
primer lugar “Rancho Abandonado”, la que en versión de gran orquesta puede
decirse que hacía muchísimo tiempo no se la escuchaba (y en mi caso personal
solo una vez y fue en los conciertos televisados que la Orquesta Sinfónica de
San Martín con su entonces titular, Alfonso Devita, realizaban una vez al mes
en las pantallas del canal 9 de Buenos Aires dentro del recordado ciclo “Veladas
de Gala” que conducía el inolvidable Horacio Carballal). Aquí Varela extrajo de
las secciones de cuerdas un rendimiento superlativo con sonido homogéneo, muy
corpóreo, a lo que se sumó una impecable participación de los vientos. Toda la
atmósfera de soledad que Williams
retrata en esta partitura fue reflejada de manera impecable. Completando las
obras del patriarca de la música argentina expuestas en esta sesión pudo apreciarse, también en versión para
Orquesta completa, “Niebla en la Pampa”, la que como recordarán fue interpretada
en versión para cuerdas por la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación
bajo la dirección de su titular, Sebastiano de Filippi. Nuevamente aquí Varela
pudo imprimirle a su versión todo el carácter de esta partitura, enriquecida
por una noble orquestación del propio Williams. La obra transcurre en un claro
tiempo de milonga y aquí el conjunto en su totalidad se lució en la
interpretación.
De Arturo Luzzatti (Compositor entre otras
cosas del “Himno al Libertador General San Martín” que se entona en las
escuelas) se ofreció la exhumación de su Concierto para Piano y Orquesta, en el
que Antonio Formaro fue el solista convocado. Obra de mucha enjundia, con claros
modelos tanto impresionistas (Ravel) o Post-Romanticos (Rachmaninoff o
Scriabin), esta partitura trasunta en sus tres movimientos momentos de extrema
delicadeza con ataques en “forte” que llevan a un discurso contundente y que
requiere de un intérprete con mayúsculas para que la versión emerja airosa.
Formaro fue precisamente “el” solista, entregando un trabajo sin desmayos ni
fisuras con una orquesta excelentemente preparada a las órdenes de Varela, que
acompañó de manera impecable al intérprete. Un jalón más en la carrera de
Formaro, justa y largamente ovacionado y un hito en la historia de la “Libertador
General San Martín”.
La segunda
parte estuvo integrada por obras de un extranjero radicado en la Argentina:
Enrique Mario Casella (Uruguayo de nacimiento pero como decimos en estos casos,
definitivamente rioplatense), quien en gran parte de su vida trabajo junto a
Don Luís Gianneo en Tucumán generando la gran actividad musical y los organismos
musicales que hoy le reconocemos a la cuna de Ntra. Independencia, finalizando
con uno de los grandes creadores argentinos: Don Gilardo Gilardi.
De Casella se escuchó “Nahuel Huapi”, obra
sinfónica programática basada en una leyenda acerca de una joven indígena
enamorada de un joven de su raza, pero también
pretendida por dos aborígenes de una tribu rival, los que se valen de una pócima
para dormir a la joven, llevarla al medio del lago y que sea el duende que
habita en las profundidades del Nahuel Huapi quien la despierte y la obligue a
decidir a cuál de ellos se entregará. Ocurrido este hecho, ante la
desesperación de la muchacha, su verdadero amor se interna en las frías aguas
para socorrerla, el duende despierta y si bien en su furia provoca el
ahogamiento de ambos, al calmar el oleaje se observa el revoloteo de dos macas
(pájaros fieles solamente a una pareja), en los que evidentemente los amantes
se transformaron. Página que tiene en su tema inicial al hilo conductor del
discurso, rica en melodías y sumamente contundente en la descripción de la
tormentosa escena del lago, fue vertida de modo estupendo por la Orquesta y su
Director, transformándose en la segunda revelación de la noche, luego del
concierto de Luzzatti.
El cierre le cupo a las danzas de la Opera “La
Leyenda del Urutaú” de Gilardo Gilardi, las que en mi caso no escuchaba en vivo
desde 1983 cuando Miguel Angel, hijo del compositor, las ofreció al frente de
la Sinfónica Nacional en el recordado “Ciclo de Primavera” que dicha orquesta
brindaba en la Facultad de Derecho de la U.B.A. Premio Municipal de Bs. As. Año1931,
con estreno mundial en 1934 en el Teatro Colón, “La Leyenda del Urutaú” narra
la historia de una nativa del litoral que está en pareja con un joven al que
solo ve al principio y al fin del día, el que se ausenta de sol a sol porque El
es el sol, pero nadie debe saberlo porque si así fuese, la joven nunca volvería
a verlo. La nativa ha tenido un hijo con
este joven y comete el error de contar a su madre la infidencia por lo que
nunca más vio a su pareja y en la desesperación lo busca todos los días, llegando
a subirse a la copa de los árboles y
vociferar hacia el “astro rey” para que la escuche, hasta que luego de tanto
intentar queda transformada súbitamente en un pájaro cuyo canto se asemeja al
llanto, elevándose en su alocada búsqueda. Gilardi incluyó estas danzas de
indiscutible sello argentino en la partitura, las que fueron ofrecidas por
Varela y los jóvenes de manera impecable, con un remate contundente que cerro
de manera perfecta la noche.
Tras
largos aplausos y la reiteración del agradecimiento del Mtro. Masci a Tomás
Ballicora, el Staff del Centro Cultural Kirchner, al Solista, los jóvenes y al
Mtro. Varela, la Orquesta (a la que se sumaron como instrumentistas el propio
Masci con su violin y el Mtro. Formaro como pianista interno) interpretó el
Himno Nacional Argentino cantado con unción por todos los presentes para cerrar
una noche por muchos motivos inolvidable.
Donato Decina
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