lunes, 9 de mayo de 2022

 

Muy buen concierto de la Orquesta Estable del Teatro Argentino de La Plata en el CCK

 

TODOS LOS CLÁSICOS, TODOS

Martha CORA ELISEHT

 

            Una de las canciones más bellas que se han compuesto es Canción con todos, cuya letra narra la unión de los pueblos latinoamericanos hermanados mediante su lengua, su historia y sus recursos naturales. Parafraseando los versos de Armando Tejada Gómez, el pasado domingo 8 del corriente se ofreció en la Sala Sinfónica -Auditorio Nacional- del Centro Cultural Kirchner (CCK) un concierto a cargo de la Orquesta Estable del Teatro Argentino de La Plata/ Centro Provincial de las Artes con la dirección de Andrés Dos Santos, cuyo repertorio estuvo íntegramente compuesto por obras de compositores latinoamericanos y que se detalla a continuación:

-          Obertura e introducción al 2° Acto de “EL JUEGO DE LOS INSECTOS”- Federico IBARRA GROTH (1946) (Estreno argentino)

-          “Negro Bembón”- Yalil GUERRA (1973) (Estreno mundial)

-          “Un relato sobre Camila”- Claudia MONTERO (1962-2021)

-          Rapsodia entrerriana- Celia TORRÁ (1884-1962)

-          “Las Milongas de la Orquesta”- Alberto WILLIAMS (1862-1952)

-          “Río San Francisco”- Joāo Guilherme RIPPER (1959)

Previamente al inicio del espectáculo, muchos de los integrantes de la orquesta salieron al escenario para repasar ciertos pasajes de sus respectivos instrumentos, mientras que podía escucharse a otros practicando tras las bambalinas. Eso muestra dedicación y disciplina. Y cuando todos los músicos tomaron sus respectivos lugares sobre el escenario tras la indicación de la concertino Ana Patsa para afinación de los instrumentos, pudo apreciarse que la agrupación poseía un sonido muy compacto y que estaba bien afinada y afiatada. Dichas características prevalecieron durante todo el concierto.

Ante la consabida ausencia de programas de mano- una constante que todavía prevalece en el CCK, pese al regreso de la presencialidad con aforo completo-, el director anunciaba las obras antes de su ejecución provisto de un micrófono colocado especialmente para tal fin, además de brindar una breve reseña sobre las mismas para facilitar la compresión por parte del público.

EL juego de los insectos es una ópera del compositor mexicano Federico Ibarra Groth, que se basa en la obra homónima de teatro escrita por los hermanos Karel y Josef Čapek (República Checa) en 1921, donde se ridiculiza a la sociedad como si fuera un enjambre de insectos. Su estreno se produjo en el Palacio de Bellas Artes (Ciudad de México) en 2009 y es la primera vez que se representa en calidad de estreno local. La partitura trata de recrear la música de los años ’30 y conjugarla con la música clásica. Para ello, Ibarra emplea un rico cromatismo y legato entre las diferentes secciones de instrumentos en la obertura. En el caso de los oboes y las flautas, simulan el vuelo de moscas y mosquitos, mientras las cuerdas remedan el caminar de escarabajos y los metales, el andar y el vuelo de los coleópteros. El trémolo en las cuerdas contrasta con el contrapunto en las maderas, generando un clima de misterio e intriga. Por momentos, suena impresionista; sobre todo, en el contrapunto entre cellos y arpa -similar a Las Sirenas, de Reinhold Glière- para culminar en staccato. El preludio al 2° Acto consta de un crescendo sostenido donde se destacan los bronces a predominio del trombón, al igual que el fagot y contrafagot para desembocar en un acorde fff hasta un poderoso tutti final. La labor desempeñada por la orquesta fue soberbia y el esfuerzo se vio coronado por numerosos aplausos.

También tuvo lugar el estreno mundial de Negro Bembón del compositor cubano Yalil Guerra. Es una obra dedicada en homenaje al poeta Nicolás Guillén y se inicia con un ritmo de xandé en 6/8 por parte de los cellos y violas para luego desembocar en un tutti a cargo de los cellos, que toman la melodía principal para ser repicada posteriormente por los violines y el resto de las cuerdas. Tras el desarrollo, los cellos en pizzicato retoman el primer tema para cerrar con un bello solo de viola. La línea melódica es colorida, rítmica y sumamente fácil de escuchar.

El concierto siguió con Un retrato para Camila de Claudia Montero, que se basa sobre el poema homónimo de Enrique Medina sobre la historia de amor entre Camila O’Gorman y el sacerdote Ladislao Gutiérrez y su posterior condena a muerte durante la época de Rosas. La melodía es bellísima, muy romántica, donde el solo de arpa y las cuerdas narran el amor entre los protagonistas. La obra culmina con el tema inicial en un crescendo reforzado por el tambor redoblante -que narra la marcha de Camila y Ladislao hacia el pelotón de fusilamiento-. Una versión brillante, que mereció numerosos aplausos y vítores por parte del público -entre el cual se encontraba la hermana de la compositora, fallecida súbitamente en España en enero del año pasado-. Para seguir con el listado de compositores argentinos, se interpretó la célebre Rapsodia entrerriana de Celia Torrá. Compuesta en 1931, recibió el premio de la Asociación del Profesorado Orquestal y conjuga ritmos locales (vidala) con jota y campera mediante un cromatismo muy rico en matices. Alumna de Alberto Williams y de Athos Palma, fue la primera mujer en el país en obtener una beca de la Comisión Nacional de Bellas Artes para estudiar en Europa, donde se perfeccionó con César Thompson en Bruselas y Zoltan Kodaly en Hungría. Asimismo, fue la primera mujer que dirigió la Orquesta Estable del Teatro Colón en 1949. La versión ofrecida por la orquesta fue muy buena, con una excelente marcación de los tempi y precisión por parte de Dos Santos.

Tras una breve pausa, la agrupación interpretó Las Milongas de la Orquesta de Alberto Williams. Compuesta en 1938, es una obra que brinda una función educativa, porque ilustra los diferentes instrumentos que componen la orquesta mediante 4 números: Milonga del corno inglés, Milonga del concertino, Milonga del trombón y Tutti. Puede decirse que Williams se adelantó 7 años a Benjamin Britten en su famosa Introducción de la Juventud hacia la orquesta, Op.34. En el primer número, el corno inglés desarrolla la melodía principal -cuyo cromatismo es similar a Iberia, de Isaac Albéniz- mientras la orquesta la desarrolla, en ritmo de milonga. En el segundo, los cellos y contrabajos introducen el tema para que el primer violín pueda desarrollarlo -magistral labor de la concertino Ana Patsa- mediante una cadencia en cascada. Desemboca en un crescendo final, donde las cuerdas se lucieron para dar vida a un impactante tremolo. El tercero se inicia con un solo de trombón bajo con contrapunto a cargo de los trombones tenores y la tuba, para que posteriormente se desarrolle un contrapunto entre cornos y trompetas en una estupenda fanfarria. Seguidamente, los trombones tienen a su cargo otro solo donde los tenores emplean sordina, mientras que el bajo marca la melodía para culminar con otra fanfarria. La labor de todos los bronces fue estupenda, donde los solitas de dicha familia de instrumentos se lucieron con creces. Por último, toda la orquesta ejecuta el primer tema en ritmo de milonga, mientras que el segundo tema está solamente a cargo de los metales. La recapitulación final está a cargo de las cuerdas y luego, se acoplan las maderas y finalmente, toda la orquesta. Una versión impecable desde todo punto de vista y un merecido homenaje al compositor con motivo del 70° aniversario de su fallecimiento.

La obra de cierre correspondió a Río San Francisco, del brasileño Joāo Guilherme Ripper. Fue compuesta en 1987 en conmemoración del centenario del nacimiento de Heitor Villa- Lobos y su estreno tuvo lugar en el Teatro Puricelli de Bari (Italia) ese mismo año con la participación de la Orquesta de la Puglia dirigida por Roberto Duarte. Es un poema sinfónico que narra el recorrido de dicho río, la naturaleza del nordeste brasileño y sus ritmos. Abre en cadencia de samba por parte de cellos y contrabajos, con contrapunto en los violines tras lo cual, se incorporan las maracas y el guiro. Posteriormente, se aprecian otros ritmos como pagode y xandé hasta la introducción de un tema lento en ritmo de choros que posee reminiscencias de las Bachianas brasileiras. La orquestación es profusa, con un gran orgánico y rica en matices. Dos Santos supo imprimir muy bien su sello personal para una perfecta y bellísima ejecución de la obra de su compatriota.

Un Auditorio Nacional aplaudió unánimemente de pie la labor ofrecida por esta orquesta, orgullo del país y de la Provincia de Buenos Aires. La disciplina narrada al principio de esta nota se notó en la calidad de sonido y en la labor ofrecida por todos y cada uno de sus integrantes, con un alto nivel de profesionalismo y entrega.  Y con una excelente versión de obras de compositores latinoamericanos, que supieron estar perfectamente representados. No hay nada más hermoso que la hermandad de los pueblos a través de la música.

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