domingo, 16 de octubre de 2022

 

 

 

SENTIDO Y ABSOLUTAMENTE JUSTO

 

La Asociación de Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón, a través de la iniciativa de su Presidente, Diego Tejedor, y de un grupo de compañeros suyos, realizó un documental llamado “Niño Brujo” en homenaje a quién fuera el primer bailarín del Ballet Estable del Teatro , José Neglia, creador del ballet homónimo de Jack Carter que da nombre a este documental junto a su gran compañera de la danza, Norma Fontenla (también primera bailarina del cuerpo) y a sus siete compañeros quienes ya tomaban el mismo camino que los anteriormente nombrados y que perecieran en un terrible accidente aéreo el 10 de Octubre de 1971, en un marco de irregularidades que exceden al motivo de este comentario y a la razón de ser de este blog.  En este documental se los recuerda a partir del relato  de una crítica y docente de Historia de la Danza como mi estimada colega Patricia Casañas, como las intervenciones del personal del Teatro , por caso,  Arnaldo Colombaroli, quien fue testigo de acontecimientos memorables y , desde luego, de la terrible desgracia y también de nombres vinculados a la danza como Juan Lavanga o el actual Director del Ballet Estable, Mario Galizzi, Eugenio Scavo, nombre indisolublemente asociado al Departamento de Prensa del Teatro Colón  y, fundamentalmente, los testimonios de dos de las viudas, bailarinas ellas también, María del Carmen de Neglia y Katy Gallo y el de Sergio Neglia (Hijo de María del Carmen y José hoy residente en Estados Unidos y desde ya vinculado al mundo de la danza) como del sobrino de Norma Fontenla, quien está en el mundo de la escultura y de uno de los ejecutivos de la firma que contrató y sponsoreó a los bailarines, la que organizó la función en Trelew, destino final del fatídico vuelo.

 

  Rescatar los video tapes en blanco y negro del viejo “Teleonce” de Buenos Aires quien con el apoyo financiero de la compañía patrocinante grabó las funciones del Colón en las que se incluyeron “El Niño Brujo” y “La Muerte del Cisne”,  sincronizada con la música tomada de grabaciones posteriores a cargo de la Orquesta Estable del Teatro Colón, además de ser una tarea ímproba  trajo el agregado de que probablemente haya sido volver a ver a gran parte de los fallecidos bailando proyectados en el escenario de sus grandes triunfos. Y en mi caso particular,  que los veía en mi casa siendo niño en el televisor blanco y negro, donde los disfrutaba tanto como en aquellas emisiones de funciones en las que el  mismo Rudolf Nureyev bailó en el Colón junto a Olga Ferri y Norma Fontenla.  Mirando el canal que los emitía, en la pausa del programa de Tato Bores de los Domingos a la noche, recibimos con mi familia con la sensación de un latigazo el flash informativo con el accidente. Fue revivir para mí todo aquello. Desde las noches de gloria que presentaban Jorge D’Urbano e Ignacio de Soroa para la televisión,  hasta el vacío que dejo la infausta noticia y del cual compañeros de ballet de aquel entonces como Lidia Segni se encargaron de narrar con mayor precisión de lo que significó sostener las banderas y salir adelante pese a todo.

 

  El resultado, un documento histórico que merece mayor difusión, que honra las memorias de estos brillantes artistas y poder conocer la faz humana de todos ellos a través de anécdotas, recuerdos y sobre todo, comprobar la enorme categoría de esa generación truncada por el accidente. Tal vez ha sido el más justo homenaje que sus memorias merecen.

 

Donato Decina

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