miércoles, 12 de octubre de 2022

 

Cierre del Ciclo “COLÓN CONTEMPORÁNEO” con música y proyección de películas

 

HERMANADOS A TRAVÉS DE LA IMAGEN

Martha CORA ELISEHT

 

            Desde los comienzos del cine, la música siempre ha sido la compañera inseparable de la imagen, ya sea tanto para ilustrar un film como para transformarse en el sello indiscutible de la película mediante su banda sonora. Precisamente, el concierto de cierre del Ciclo “COLÓN CONTEMPORÁNEO” que tuvo lugar el pasado martes 11 del corriente ha tenido una particularidad: casi todas las obras comprendidas en el programa estuvieron asociadas a películas de cineastas de la talla de René Clair (1898-1981), Fernand Léger (1881-1955), Hans Richter (1888-1976) y Alexis Moreano Banda (1971). Contó con la dirección de Rut Schereiner y un conjunto instrumental conformado por Lucas Urdampilleta y Silvia Dabul (pianos), Werner Mengel (trompeta), Pablo Fenoglio (trombón) y el ensamble TAMBOR FANTASMA, integrado por los percusionistas Bruno Lo Bianco, Oscar Albrieu, Gonzalo Pérez Terranova, Frank Kumor, Gabriel Rodríguez, Daniela Cervetto, Pedro Montes de Oca, Lucas Castelli y Lucas Udrisard, con diseño de sonido de Mauro Zannoli.

            El programa estuvo integrado por las siguientes obras:

-          Cinéma (entreacto del ballet RÊLACHE, con película de René Clair) (arreglo para piano a cuatro manos de Darius Milhaud)- Erik SATIE (1866-1925)

-          Fantaisie Mécanique- Unsuk CHIN (1961) (estreno argentino)

-          “Ghosts before Breakfast” (con video de Alexis Moreano Banda sobre el film de Hans Richter)- Sebastián RIVAS (1971) (estreno mundial)  

-          Ballet Mécanique (con película homónima de Fernand Léger)- George ANTHEIL (1900- 1959)

De todos los compositores de la década del ’20, Erik Satie fue el primero que escribió música sincronizada para un intermezzo fílmico de René Clair, que separa los dos actos de su ballet RÊLACHE (Día de Asueto) en 1924. No sólo se trata de una música muy apropiada e ilustrativa que acompaña las diferentes escenas del film (Chimeneas, globos que explotan/ Guantes de box y fósforos/ Snorkels, juegos de ajedrez y botes sobre los techos/ La bailarina y figuras sobre el agua/ Cazador y comienzo del entierro/ Marcha fúnebre/ Procesión en cámara lenta/ La persecución/ Caída del ataúd y salida de Borlin/ final: pantalla perforada y final), sino que en este caso, los golpes de música coinciden perfectamente con las escenas -mucho más evidente, en el caso de la bailarina y la carrera desenfrenada-. Para ello, Satie utiliza un tema como hilo conductor -que recuerda la Promenade de Cuadros de una Exposición de Mussorgsky- con módulos de uno a dos compases como máximo en ritmo binario o ternario, que se repiten sin tregua. En este caso, el arreglo para piano a 4 manos realizado por Milhaud no pudo ser más perfecto para esta ocasión, que permitió el lucimiento de Lucas Urdampilleta y Silvia Dabul. Un muy buen desempeño de los pianistas, que se vio coronado por numerosos aplausos.

Unsuk Chin ha sido discípula de György Ligeti y se aprecia en su música la influencia de este gran compositor húngaro en cuanto al modernismo y la microtonalidad. Su Fantaisie Mécanique fue compuesta en 1994 y posteriormente, revisada en 1997 y se presentó en calidad de estreno local. Consta de 8 números (Entrada: variación con las notas graves: La- Si bemol- Do/ Variación I. Presto con brio/ Variación II. Prestissimo/ Variación III. Flieβend/ Aria con intervalo de cuartas: Andante- Scherzo con delicatessa- Precipitoso/ Pequeño estudio para teclados: Allegro con leggierezza- Allegro con moto/ Episodio con elementos metálicos: Andante sussurando/ Improvisación sobre 7 métricas) interpretados por un conjunto de 5 instrumentistas (trombón, trompeta, dos pianos y dos percusionistas). Dentro de las obras comprendidas en el programa, fue la única que no se acompañó de una proyección de film. Es una pieza breve -no dura más de 15 minutos-, interesante y dramática desde su inicio, que permite el lucimiento de todos y cada uno de los instrumentistas con numerosos contrapuntos entre el trombón, la trompeta y el piano -magistral labor al respecto de Pablo Fenoglio, Lucas Urdampilleta y Werner Mengel-. Por su parte, las variaciones en torno a los numerosos instrumentos de percusión sonaron perfectamente bien -especialmente, el juego de platillos, placas, vibrafón y marimba- en contrapunto con el trombón con sordina y piano. Rut Schereiner es una directora experta en música contemporánea y supo conducir perfectamente una obra tan compleja, lo que le valió el reconocimiento y el aplauso por parte del público.

Dentro de la presente función tuvo lugar el estreno mundial de Ghosts before breakfast (“Fantasmas antes del desayuno”) del compositor argentino Sebastián Rivas, quien junto al cineasta ecuatoriano Alexis Moreano Banda revisaron el film homónimo dadaísta de Hans Richter (1928) sobre la amenaza del nazismo en Alemania. La música original del film para piano mecánico pertenece a Paul Hindemith, pero lamentablemente, se perdió y tuvieron que pasar casi 100 años para que la dupla Rivas/ Moreano Banda revisara el film e hiciera una puesta atemporal. Mientras el cineasta refleja sobre la pupila de un niño un reloj marcando una fatídica hora, la música es sombría y trágica desde su inicio, a modo de presagio del horror de lo que vendrá. Se compuso durante el transcurso del corriente año para dos pianos y percusión y el reflejo del reloj sobre la pupila coincide con los golpes de tambor, bombo y el glissandi de los dos pianos en una perfecta compaginación. La música va in crescendo mientras un conjunto de revólveres en la proyección van multiplicándose, formando la svástica nazi. Los golpes en marimba y vibrafón coincidieron con la proyección y en forma conjunta con los trinos en la parte más aguda de ambos pianos. Al finalizar, tanto Schereiner como el compositor -quien se encontraba presente- recibieron numerosos aplausos por su labor.

Durante la segunda parte del concierto se interpretó Ballet Mécanique, del compositor estadounidense George Antheil. Data de 1924 y 1925 y se divide en tres partes, que aluden a los rollos de una pianola. Posee una orquestación sumamente profusa (16 pianolas, hélices, sirena con sordina, dos pianos y numerosos instrumentos de percusión) y está basada en dos obras de Stravinsky: La Consagración de la Primavera y Las Bodas (esta última, precisamente, escrita para pianola). Su estreno en París en 1926 fue un éxito, pero al año siguiente en New York, un fracaso. Si bien se compuso para el film homónimo de Fernand Léger, la complejidad de la música hizo que recién en 1935 se pudiera compaginar. Posteriormente, Antheil revisó la obra en 1953 y la abrevió. En la presente versión, la labor de los dos pianistas en trinos, cadencias, arpegios y glissandi fue muy buena, al igual que el desempeño del conjunto de percusionistas -una muy buena coordinación entre los que tocaron las hélices, la sirena con sordina, los xilofones y las placas-. Posee numerosos ribetes de jazz y algunos insert de La consagración de la Primavera, mientras que las placas y xilofones al unísono remedan al rollo y los peines de la pianola. Durante la tercera parte de la obra se proyectó el film de Léger, pero a diferencia del resto de las composiciones presentadas durante el presente concierto, los golpes de música no coincidieron con la proyección de las imágenes. Si bien los clusters (repetición de notas contiguas) a cargo de los dos pianos y los xilofones estuvieron muy bien compaginados, los numerosos silencios alternando con solos de bombos y tambores durante la última parte de la obra sonaron bastante densos y pesados para el gusto personal de quien escribe. La directora volvió a lucirse merced a un perfecto conocimiento de una obra tan compleja y difícil y al finalizar, el público aplaudió intensamente la labor de los intérpretes.

El final del ciclo ha sido una experiencia sumamente rica e interesante, donde la música y el cine han quedado hermanados mediante la imagen. Siempre es bueno innovar el repertorio y rescatar -en este caso- tanto música como películas que han caído en el olvido, pero que -a modo de prolegómenos- se asemejan a la candente realidad que se vive actualmente en todo el mundo.     

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